Por: Eliseo Santana A.
Anécdota con un poco de historia, de 1932 a 1938 el general Juan Domínguez Cota fungió como
gobernador del entonces territorio
Sur de Baja California, el general Domínguez, lucho durante la revolución
mexicana, Siendo minero en Cananea en
1906, sobrevivió a la matanza ordenada por Porfirio Díaz contra los
trabajadores manifestados, después de eso se une al movimiento de los
insurrectos así inicia su carrera militar.
Según Carmen Zavala,
mujer con la que se relacionó Domínguez Cota, el general era de origen Yaqui y Nació
en la Purísima, territorio Sur de Baja California en el año de 1888.
Al “terminar” la revolución su compadre Lázaro Cárdenas reconociendo
su gran trayectoria militar, lo envía a
su tierra a “gobernarla”.
Por sus maneras
bruscas y autoritarias el general no era del todo simpático para toda la
población, así que pronto se ganó un apodo,
“El Macho pinto”, el apodo surge porque el general padecía vitíligo,
llamado común mente jiricua (El vitíligo es una enfermedad de la piel que causa
manchas blancas en distintas partes del cuerpo, la padecía Michael Jackson) así
le decían a sus espaldas al entonces gobernador, pues el tipo era de armas
tomar y sería muy riesgoso hacerle esa “broma” en su cara, aunque el gobernador
sabía de su apodo, pues cuentan que andando de gira por el pueblo de Todo
Santos en una ocasión, le pidieron gestionara ante las autoridades eclesiásticas,
un cura, pues no tenían “quien bautizara a los niños”, se quejaron los
habitantes, a lo que el general les contesto, CABRONES, para que quieren un cura para bautizar, si ya sé que ustedes
me “bautizaron” con el sobre nombre de el “Macho
Pinto”, jajaja, soltó una sonora carcajada.
Pero esta no es la anécdota que deseo contarles, es esta
otra:
El general tenía fama de muy desconfiado, desconfiaba de todo
y de todos, más aun tratándose de los dineros, así que en una ocasión le hizo
una revisión sorpresa al que en ese entonces era el secretario de finanzas, o
tesorero, el general pidió los libros de registro de nómina, y meticulosamente
empezó a revisarlos, examinando renglón por renglón, nombres, fechas, cifras
etc. , al terminar de revisar las columnas con números, nombres, cifras, se
rascó la cabeza, y reviso de nuevo, ¡¡¡
Mmmm !!! Exclamó, algo no le cuadraba, mientras tanto el encargado de las
finanzas parado a un lado del escritorio sudaba la gota gorda, y se secaba la
frente con un fino pañuelo de lino, sus
engomados bigotes que al inicio estaban apuntando al cielo, ahora veían al
suelo, el sudor había diluido la goma que los mantenía firmes.
¡¡¡ TESORERO!!!, gritó el general, sumisamente en
encargado de las finanzas se acercó más, haber, haber, le dijo el militar, casi
todo está bien, pero quiero saber, aclárame… ¿QUIÉN ES ESTE GRAN TÓTAL, QUE GANA MÁS QUE YO?
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