FIN DE AÑO

 

Digo  

Por Vic Villavicencio  

 

FIN DE AÑO  

 

                                                                         “Todos los soles se esfuerzan en encender tu llama y un microbio la extingue”  

                                                                                                                                                                                              Antonio Porchia  

 

Termina este año interminable, este año negro.  

Que fue de luto y de dolor para miles y miles de familias en el mundo.  

Que fue de aprendizaje, en muchas formas.  

Un microorganismo nos enseñó lo frágil que es la vida.  

Aprendimos que el mundo es, como decía McLuhan: una aldea global. Todos dependemos de todos y la interconexión que existe entre todos los pueblos de la tierra, va más allá de los asuntos económicos y de las ideologías.   

Aprendimos que el internet –las redes sociales- evitó que, hubiese más desequilibrios emocionales y nos permitió mantener activa la comunicación.  

Hoy ningún lugar está lejos, ya vimos como un virus, en unos pocos días, le dio la vuelta al mundo y llegó, prácticamente, a todos los rincones de la tierra.  

Es asombroso, como un microorganismo pudo cambiar, en un corto periodo, nuestra forma de vida. Y la va a seguir cambiando, por mucho tiempo.  

Aprendimos que, estos meses en que pusimos a la humanidad en pausa, sirvió para darle un respiro al planeta.  

Aprendimos que siempre es posible un regreso a casa y a la convivencia, las artes, las artesanías, los pasatiempos olvidados, los libros, las postergadas reparaciones domésticas y tantas cosas.  

Aprendimos que hay un virus que ataca, aunque guardes todas las distancias y te laves las manos y desinfectes completo tu entorno.  El más peligroso de todos, es el virus del miedo.  

Aprendimos también, que no existe vacuna contra la inconciencia.  

En fin, este año nos deja una rara navidad y la expectativa de un mejor año.   

Nos queda la esperanza de tiempos mejores, que nos permitan retomar nuestras vidas en donde las dejamos hace ya tantos meses.  

Hoy recobra validez la añeja expresión:  

¡¡¡PROSPERO AÑO NUEVO!!!!  

Digo.