BALCONEANDO
Por Alejandro Barañano
Todos los días las fumarolas que se arrojan desde la Central
Termoeléctrica de Punta Prieta deja a la vista de todos nosotros una gruesa
natilla amarillenta que queda esparcida sobre la ciudad de La Paz, y por ello
quienes vivimos en lo que aun definimos como el “Puerto de Ilusión”, respiramos literalmente veneno puro.
Tan es cierto esto, que el mismo Centro
de Energía Renovable y Calidad Ambiental en un estudio que realizó en
septiembre del año 2018, advirtió que
esa instalación propiedad de la Comisión
Federal de Electricidad es la principal fuente de contaminación del aire
que tiene bajo asedio a la capital de Baja California Sur y a sus pobladores,
y que es derivado porque funciona con combustóleo, el cual contiene altos
niveles de azufre y a la par es considerado como el de más baja calidad en el
mercado.
Por ello las emisiones de
contaminantes que brotan desde la Central Termoeléctrica que se ubica en el
Libramiento Santiago Oceguera están llegando a niveles alarmantes sin
importarle nada, absolutamente ni a la Comisión
Federal de Electricidad y mucho menos a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, esto a pesar
de que respiramos el dióxido de nitrógeno que es desprendido de los gases
dañinos que todas las mañanas son perceptibles a simple vista.
Además al quemar el combustóleo -según
la Organización Mundial de la Salud- la
población que se ve afectada, tiene más riesgos de contraer enfermedades
respiratorias como lo son el asma, la bronquitis y diversas alergias, entre
otras, pero también potencialmente carcinomas.
En el estudio del año pasado realizado
por el Centro de Energía Renovable y Calidad Ambiental se arrojó
también la existencia de "altos niveles de elementos dañinos a
la salud", por lo que concluyó
que resultaba urgente modificar la forma en que se genera energía eléctrica en
la región, y ello era necesario prescindir cuanto antes de la central de
combustión interna de Punta Prieta.
Pero los ahora “mesías redentores”
que se visten con los ropajes de la Cuarta Transformación, dicen que
médicamente no está confirmado que la natilla amarillenta emitida desde Punta
Prieta tenga algo que ver con los altos niveles de cáncer que existe entre la
población sudcaliforniana, esto a pesar
que está registrado que desde el año 2000 y hasta el 2018 los casos de defunciones
por carcinomas subió al doble en toda la entidad, siendo particularmente la
ciudad de La Paz la más afectada.
Tan es así, que el aumento de enfermedades cancerígenas ha
obligado a las autoridades de la Secretaría de Salud a instalar el Centro Estatal de Oncología, instancia
que es quien lleva un puntual registro de casos y decesos.
Por su parte, y según el análisis de Iniciativas Ciudades Emergentes y Sostenibles, la producción
eléctrica es altamente contaminante y por primera vez y de acuerdo a la
información proporcionada, fue que se conoció que la Central Termoeléctrica de Punta Prieta genera alrededor de 40 mil
toneladas de dióxido de carbono, óxido de nitrógeno y bióxido de azufre que son
literalmente arrojadas día con día al aire paceño.
Esa misma Central Eléctrica -de
acuerdo al estudio- es la que
produce el 95 por ciento de la energía eléctrica consumida en Baja California
Sur, de ahí que las autoridades y la sociedad -quienes respondieron a una
encuesta en 2017- están tanto a favor de los beneficios que produce la
instalación, pero en contra de la contaminación que viene generando de toda la
vida.
Por tal motivo tanto el Centro
de Energía Renovable y Calidad Ambiental como la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles han planteado
cambiar el modelo existente por sistemas fotovoltaicos y eólicos, lo que
generaría energía renovable sostenible a través de los rayos solares y los
vientos.
Además en otro estudio elaborado por el mismo Centro de Energía
Renovable y Calidad Ambiental se señaló que a nivel mundial las llamadas Centrales
Termoeléctricas son responsables del 65 por ciento de la contaminación
atmosférica, impactando directamente en la salud humana, además que para el
medio ambiente genera acidificación del terreno por la lluvia ácida dañando a
la flora y la fauna, y en los ambientes marinos se acumula mercurio en los
peces.
Por eso al inicio de este espacio dijimos que todos los días las fumarolas
que se arrojan desde la Central Termoeléctrica de Punta Prieta deja a la vista
de todos nosotros esa natilla color amarillenta que queda esparcida sobre la
ciudad de La Paz, y que quienes vivimos en lo que aun llamamos el “Puerto de Ilusión” respiramos literalmente veneno; por lo que
mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO.
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