CAPITÁN DE AVIACIÓN
AGRICOLA EN EL VALLE DE SANTO DOMINGO
Por: Lic.Miguel Suarez
Reyes
La época de oro del Valle de Santo Domingo fue también un
escenario importante para el desarrollo de la aviación agrícola, así destacados
pilotos de diferentes partes de la República Mexicana, pero particularmente de
la zona noroeste llegaron a esta región a desarrollarse profesionalmente.
En este escenario en el Valle de Santo Domingo el Capitán
Basilio Tapia Moreno vivió su apasionante profesión como piloto y con la
experiencia en el día a día se especializó en la aviación agrícola.
El Capitán Basilio Tapia Moreno tuvo la oportunidad de
estudiar en una escuela de aviación en la Ciudad de Los Ángeles, donde se
instruyó en cuestiones conceptuales y en “horas vuelo” hasta lograr obtener su
certificado.

De orígenes muy humildes y con grandes carencias económicas
se ve en la necesidad de conseguir un trabajo en un taller mecánico denominado
“Carmona Motors”, ubicada en la calle cuarta, en la Ciudad de Tijuana. Aquí
tuvo la capacidad de ganarse el aprecio de su patrón Armando Carmona, quien
llegó a estimarlo como un integrante más de la familia apoyándolo siempre en sus
estudios, y ascendiéndolo en sus labores en el taller hasta convertirlo en el
encargado del negocio.
Un día comparte con su patrón su interés por estudiar
aviación, Armando Carmona no dudó en ningún momento en apoyarlo para que concretara
sus aspiraciones y así Basilio Tapia Moreno un joven conocedor de que el
secreto del éxito está en prepararse para aprovechar las oportunidades, estudió
con gran empeño en La Ciudad de Los Ángeles para Piloto Aviador.

Basilio Tapia Moreno siempre con gran empeño, no paró hasta
conseguir trabajo como piloto en una empresa de aviones de carga, a los 26 años
de edad realizó su vuelo en esta compañía, representando una experiencia única
e inolvidable que definitivamente marcó su carrera como piloto, así poco a poco
fue desarrollando e interiorizando buenos hábitos de pilotaje.
Formado en una cultura de la economía porque el dinero en su
hogar era casi siempre insuficiente, desde que empezó a trabajar ahorró parte
de su sueldo durante un tiempo y logró reunir cierta cantidad y con el apoyo de
algunos amigos compró su primer avión marca PIPER PA-11, y con los
conocimientos que tenía de mecánica y de aviación lo adaptó para realizar
trabajos de fumigación agrícola.
Basilio Tapia Moreno quien siempre mantenía comunicación con
sus padres que también habían emigrado de Cosala, Sinaloa al Valle de Santo
Domingo, un día recibió una carta de su adorada madre Lorenza Moreno donde le
expresaba y compartía el desarrollo que se estaba dando en la región por la
gran producción de algodón.
Él con gran espíritu aventurero pero también solitario propio
de los pilotos, en el año de 1957 emprendió su viaje con destino al Valle de
Santo Domingo, alistando previamente su PIPER-J3.
Ya instalado a lado de sus padres Basilio Tapia Rodríguez y
Lorenza Moreno de Tapia, se inicia en el ramo de la aviación agrícola
ofreciendo sus servicios a los agricultores para la aplicación de pesticidas,
fertilizantes y fungicidas en las áreas de cultivo, de esa manera se
garantizaba que la producción se diera de forma segura, asequible y abundante.
A pesar de que en ese momento ya se encontraban instaladas
una empresa dedicada a la aviación agrícola, el capitán Basilio Tapia Moreno de
aclientó rápidamente, e invirtió en la compra de otra avión en Estados Unidos
pero ahora un PIPER PA-18, aviones que contaban con algunas características que
lo hacían muy eficaz para su trabajo en el Valle de Santo Domingo, entre ellas
el poco consumo de combustible, además por su baja velocidad era especial para
la aplicación de insecticidas en el algodón.
Siempre preocupado por brindar un mejor servicio y desempeñar
su trabajo de la mejor manera, en la medida de sus posibilidades fue después
adquiriendo otros aviones, un LONG BEACH CALIFORNIA y dos aviones PIPER PAWNEE
235, en el año de 1979 adquiere un avión más, un PIPER PAWNEE 260 que tenían
como características que se adaptaban a las condiciones de clima, del suelo,
etc. en esos momentos había iniciado también a tenderse las redes de
electrificación y ya no se tenía el campo libre, estos aviones incluso
continúan resultando muy prácticos hasta el día de hoy en el Valle de Santo
Domingo.
Basilio Tapia Moreno con esa flotilla de aviones conformó en
el Valle de Santo Domingo la segunda compañía que brindó servicios de
fumigación aérea, dentro de los pilotos que trabajaron junto con el Capitán
Basilio destacan entre los años 1960 y 1970 al Capitán Sétina, Capitán
Valencia, Capitán Roberto Méndez, Capitán Inzunza, Capitán Froylan Alcalá,
Capitán Jorge Chávez, Capitán Quiko Guillen, Capitán Miguel Tapia, Capitán
Elías Collins. De los años 1970 al 1982 destacan el Capitán Jorge Polanco y
Capitán Víctor Morales, Capitán Felipe Díaz, Capitán Jesús Méndez, Capitán
Javier Hernández, y los mecánicos de la flotilla estaban a cargo Bello Laga y
Mtro. Venancio.
Es importante mencionar que la primera compañía fue la del
Capitán Antonio Colunga que vivía en la Ciudad de La Paz pero provenían de
Hermosillo, Sonora, contaban con una flota de 6 ó 7 aviones, incluso utilizaban
un avión privado para trasladarse a la capital del Estado.
Poco a poco se fueron instalando otras compañías de aviación
agrícola y se fue generando cierta competencia, en lo general en el Valle de
Santo Domingo se llegó a contar con una flotilla de más de 50 aviones, y hubo
intentos de organización de los pilotos, llegó a formarse la Asociación de
Pilotos y Fumigadores del Valle. Es necesario resaltar que también en ese
momento se instalaron compañías muy grandes de insecticidas, despepitadoras y
bancos que empiezan a ofrecer créditos a los agricultores.
Ante esas circunstancias el Capitán Basilio Tapia Moreno
tenía como lema “No quiero ser el mejor, sino el más viejo”, con eso lo
expresaba todo y fijaba una postura en relación a las aspiración que tenía,
para él la competencia solamente fue un gran reto que lo impulsó siempre a
desempeñar de manera impecable su trabajo.
Al crucero llegaron pilotos con gran pericia como los Rivera,
el Capitán Chacalier, además pilotos jubilados de las fuerzas aéreas como el
Capitán Sarabia, el Capitán Escamilla Y Capitán Méndez, estos últimos habían
trabajado con el Licenciado Hugo Cervantes del Río.
Los agricultores que siempre dieron muestra de ser hombres
visionarios de su tiempo, se organizaron y se asociaron para comprar sus
propios aviones y ser utilizados en las tareas de fumigación, por ejemplo los
de la misión, los de la colina, los patitos, Gabriel Cuevas, El doctor González
y su hermano, Crisóforo Salido, Mario Almada y Fortino Cuevas entre otros,
incluso el Capitán Alberto Renero que su papá tenía un rancho adquirieron un
avión CESSNA 182
El casino y la cabaña eran los espacios de recreación
preferido por los pilotos de ese tiempo, aquí reunidos organizaban la agenda
para sus vuelos del siguiente día y cumplir con las tareas de fumigación
encomendadas por los agricultores, aunque en muchas ocasiones no iniciaba
propiamente en los horarios señalados, sobre todo cuando se habían desvelado o
pasado las copas.
La vida muy generosa con el Capitán Basilio Tapia Moreno le
fue generando las condiciones para que el concretara cada uno de sus más
grandes anhelos, y uno de ellos fue cuando en el año de 1979 compró un avión
comercial BEECHCRAFT con plaza para diez pasajeros. Avión que después tuvo la
oportunidad de compartir con su hijo también piloto Armando Tapia Figueroa.
Formado en un ambiente de gratuidad, con ese corazón noble
que lo caracterizó siempre, desarrolló actividades altruistas y en incontables
ocasiones puso a disposición sus aviones y sus servicios de manera gratuita
para realizar traslados de emergencia ya sea pos cuestiones de salud por algún
problema en particular de las familias de la región, fue también así una manera
de retribuir a estas tierras que le dieron tanto.
En ese sentido también siempre tuvo un principio de
solidaridad con los otros, sus conocimientos los compartió y enseñó el arte de
la aviación en un avión de dos plazas J3 a Elías Collins, Miguel Tapia, Raúl
Marín, Quiko Guillen y el Ing. Armando Covarrubias.
El Capitán Basilio Tapia preparado para afrontar las
situaciones de riesgo que implicaba ser piloto de un avión, tuvo una diversidad
de accidentes de distinta magnitud, al menos 4 ó 5 accidentes, sin embargo
siempre usaba un casco para protegerse, overol, su respectiva máscara, es decir
todo su equipo.
De los accidentes de aviación que en lo general había en el
Valle de Santo Domingo ciertamente las causas eran muy diversas, pero
consideran que influía mucho a veces las condiciones físicas del piloto, en ese
entonces se consumía alcohol y se desvelaban en ocasiones en exceso, si bien es
cierto una copa siempre es recomendable por que baja la adrenalina y el estrés
en ocasiones se excedían.
Un accidente que definitivamente marcó en la Vida de Basilio
Tapia Moreno y que siempre platicaba a sus hijos fue uno que tuvieron cuando
compró se avión PIPER PA18, ya que al adquirirlo contrata al capitán Valencia y
lo manda con el avión que había comprado previamente trazaron una ruta que
contemplaba llegar a San Quintín para recargar combustible, de ahí a Santa Inés
y en dirección de la transpeninsular continuar con la travesía, sin embargo por
alguna razón el Capitán Valencia no recargó combustible y tomó una ruta por el
pacífico, como sucede en esos casos se ve obligado a realizar un aterrizaje
forzoso en las mesetas de San Carlos cerca del Rosario, pero la madre
naturaleza le tenía preparada una sorpresa, si bien es cierto la tierra se
apreciaba plana en realidad era una laguneta de tierra volcánica, el avión se
hunde y el capitán Valencia queda Ahí.
Basilio Tapia Moreno conocer de lo que implicaban los riesgos
en la aviación y al no llegar en el tiempo previsto inician una intensa
búsqueda para dar con su paradero, lo reportan en Ensenada y establecen
comunicación con otros pilotos que viajaban en avión de carga por esa ruta a
Guerrero Negro y la Ciudad de La Paz.
Al sexto día el capitán Basilio Tapia decide salir en
búsqueda de su avión PIPER PA-18, en compañía de un mecánico conocido como
“Quintanar” inician personalmente la búsqueda y toman la ruta contraria a la
que inicialmente habían acordado y ahí de pronto se encontraba frente a sus
ojos el terrible accidente, dan la vuelta y empiezan poco a poco el aterrizaje
viendo a lo lejos al Capitán Valencia debajo de un ala del avión.
A ellos la madre naturaleza también los engañó y no
visualizaron el tipo de terrero por lo que también en el aterrizaje se
accidentan y quedan ahí, sin embargo posteriormente y después de prestar
auxilio al Capitán Valencia que tenía varios días ahí, deciden iniciar trabajos
de mecánica de al menos uno de los aviones para salir del lugar, sin embargo la
tarea no era sencilla, tan solo la tierra suelta les cubría más arriba de sus
rodillas.
Su familia angustiados ahora por la desaparición del Capitán
Basilio Tapia Moreno generan una búsqueda más amplia al reportar dos aviones
desaparecidos y un día son localizadas por un avión de la fuerza aérea que no
realizó el aterrizaje, sin embargo en un tanque sujetado a un paracaídas les
bajan alimento, pero estos caen muy lejos de donde se encontraba el avión.
Al emprender la retirada el avión de la fuerza aérea del
lugar del accidente el Capitán Basilio Tapia Moreno y el mecánico Quintanar
continúan con sus trabajos no solo de reparación de la aeronave sino también
rellenando de piedra para formar una pequeña pista para aterrizar. Es
importante mencionar que aquí estuvieron más de seis días sin alimento y sin
tomar agua, pero un día hicieron de una biznaga un gran manjar, el mejor que su
paladar había degustado.
Un día aparece nuevamente el auxilio pero ahora era un
aerocomander del gobierno del estado de Baja California Norte y ellos
rápidamente con sus camisetas les hacían señas que no aterrizaran sin embargo
el piloto Ciro Martínez no entendió la señal, empieza a prender luces y bajar
el tren de aterrizaje y finalmente este tercer avión también queda sembrado en
este lugar.
Con todas las maniobras de rescate fue necesario enviar a los
rescatistas en mula que llegaron procedentes del Rosario, el poblado que se
encontraba más cercano al lugar del accidente. Los animales llegaron muy
cansados y solo fue posible traerse en ese momento a quien se encontraba ya muy
debilitado, nos referimos al Capitán Valencia.
Finalmente el Capitán Basilio Tapia, el Capitán Ciro Martínez
y el mecánico Quintanar son rescatados por un helicóptero de la guardia costera
y los trasladan a la base aérea No. 3 El Ciprés donde son recibidos con honores
por familia y amigos, y obviamente por los medios de comunicación.
El rescate quedó registrado en los libros de rescate de la
guardia costera en San Diego. Además este accidente fue publicado en diferentes
medios de comunicación, un día se presentó una mujer estadounidense y adquirió
las tres naves accidentadas que habían quedado ahí enclavadas, sobrevoló la
zona, captó algunas imágenes e hicieron trato para venderlo.
De los accidentes que también recuerdan en la aviación
agrícola de pérdidas considerables que cuando en el año 1975 se formó un
tornado, un día que hacía calor y además se encontraba nublado, el fenómeno inicia
en el Boulevard Agustín Olachea y se vuelan los techos de la gasolinera Santa
Ana, además de techos de algunas bodegas de Banrural y estos golpean a una
flotilla de al menos 12 ó 13 aviones que se encontraban en el aeropuerto,
fueron poco a poco unos con otros golpeándose, además algunos se encontraban
solo sostenidos con unas piedras por lo que esos anduvieron por toda la pista
sueltos dando tumbos, también en ese momento contaban con un camper con
herramientas que después lo encontraron cerca de ahí en el rancho de Raúl
Madrid, dicho evento lo definen como “Un evento desastroso”.
Hablar del Capitán Basilio Tapia es mirarlo desde los
diferentes roles que le tocó desempeñar, en su vida familiar fue un hombre que
puso en el centro de sus afanes el bienestar de su familia desde el momento que
contrajo nupcias con la señora María Elena Figueroa Tagle en Ensenada Baja
California, y con quien años más tarde procreo 4 hijos, Armando, Héctor
Basilio, Noé David y Eduardo, es importante mencionar que el primogénito de
Basilio Tapia fue registrado como Armando en honor a Armando Carmona, su patrón
del taller mecánico en Tijuana y quien le brindó las oportunidades de estudiar.
Al principio Basilio Tapia Moreno mantuvo a su familia en
Ensenada a donde viajaba de manera permanente cada vez que concluía la
temporada alta de algodón en el Valle de Santo Domingo, sin embargo un día
cuando decide instalarse en el crucero trae a su familia con él, el proceso de
adaptación no fue fácil por las condiciones de vida diferentes pero pronto
encontraron muchas razones para quedarse.
A sus hijos les brindó la posibilidad de realizar estudios,
desde pequeños compartió con ellos su pasión por la aviación, ellos apoyaban
limpiando los aviones, llevando el combustible antes de iniciar un vuelo y
también como acompañantes en los vuelos de fumigación que realizaba, sin
embargo tenía prohibido a sus compañeros pilotos que les enseñaran a sus hijos
la aviación agrícola, él tenía como meta que sus hijos estudiaran piloto
comercial o trabajaran en una línea ejecutiva.
De esa manera su hijo mayor Armando se inclina por estudiar
para piloto en la Ciudad de México y un año después obtiene su licencia como
piloto privado y con esto regresa a su querido Valle de Santo Domingo donde
pide una oportunidad y sin tener un curso de aviación agrícola pero con lo que
había visto de su padre en el rancho del negro Bensamen le dan permiso y
empieza hacer las primeras aplicaciones de fumigantes.
Sin embargo el Capitán Basilio Tapia Moreno siempre inquieto
porque sus hijos se prepararan lo motiva para que continúe sus estudios,
Armando regresa a la Ciudad de México a la escuela de aviación México que en
ese momento tenía 25 aviones y ahí termina de estudiar aviación comercial,
posteriormente tiene dificultades para entrar a trabajar a Aeromexico y así el
destino lo pone nuevamente en el Valle de Santo Domingo para llevar a cabo con
su padre el capitán Basilio Tapia una serie de proyectos en esto que era ya un
negocio familiar.
El Capitán Basilio Tapia y su hijo Armando Tapia entre 1978 y
1980 compran un taxi aéreo BEECHCRAFT, de 10 plazas atrás y para dos pilotos,
así empiezan a realizar viajes a Sonora, Sinaloa, Baja California Norte.
En ese momento de abundancia económica era común que los
agricultores principalmente, solicitarán los servicios de un taxi aéreo, en
ocasiones hasta para ir a disfrutar a Hermosillo, Sonora, la serie del Caribe o
bien presenciar una pelea de box, entre varios reunían el dinero y pagaban por
el servicio de un taxi aéreo, así el Capitán Basilio Tapia Moreno y su hijo
Armando Tapia se convirtieron en fieles compañeros de cabina.
En ese momento también la empresa Cumis propiedad de Alfredo
Almada adquiere un PIPER PA-23 Apache o Azteca. Así mismo otros negocios
empiezan a adquirir sus propios aviones.
Basilio Tapia Moreno tuvo la dicha de ver a su hijo Armando
tener una serie de oportunidades dentro del campo de la aviación, por ejemplo
cuando fue contratado por el Ayuntamiento de Comondú para trasladar el primer
avión que adquirieron en Chihuahua, posteriormente Raúl Marín como Secretario
Particular del Presiente Municipal Alfredo Polanco Holguín lo contacta para
invitarlo a trabajar como piloto aviador del Ayuntamiento, por lo que le
ofrecen carro, gasolina y un sueldo muy atractivo y todo esto lo llevó a tomar
la decisión de trabajar para el Ayuntamiento de Comondú.
En el avión 206 del Ayuntamiento daban servicio a las
comunidades más apartadas como Bahía Magdalena, Tembabichi, Agua Verde, La
Purísima, San José de La Noria, San Juanico, Las Barrancas, también realizaban
vuelos al Puerto de Loreto y a la Ciudad de La Paz.
Basilio Tapia Moreno siempre durante los vuelos le daba sus
sabios consejos, esos consejos que solamente un padre logra interiorizar en la
mente y en el corazón de sus hijos, y se trataba de la importancia de atender a
los pasajeros, partía de la idea de que un pasajero no viaja por gusto si no
por necesidad, que incluso hay personas que tienen pánico a los aviones,
entonces lo más importante era realizar un aterrizaje tranquilo, hacer virajes
amplios sin ser ceñidos, es decir el cuidado y protección de los pasajeros
primero. Estaba convencido que las maniobras no pertenecían a ningún
espectáculo sino a una forma de realizar el trabajo de manera muy profesional.
El Capitán Basilio Tapia Moreno compartió con sus hijos otra
de sus grandes pasiones, el motociclismo, cuando vivía en Ensenada adquirió una
Harley Davidson, cuando sus hijos crecen les regala unas motos que usaban para
ir a la escuela, y poco a poco fueron cambiando su afición de las motocicletas
por las carros de carrera. Forman un gran equipo y en una ocasión participan en
la carrera Costera 250 con un JEEP, que era el carro preferido de Basilio Tapia
no solamente para las carreras sino para sus actividades de cacería. En esta
ocasión en la carrera costera 250 resultan ganadores por 11 segundos, una
carrera polémica porque se le había ganado al papá de Nacho Monroy que tenía
una Blayzer del año.
Enseguida adquieren un carro clase 1 y en 1979 participan en
la carrera internacional más famoso “Baja 1000” no logrando llegar a la meta
por algunas fallas mecánicas.
Sin duda alguna las aficiones que tenían como pilotos
aviadores y como de carreras OFF ROAD nos muestran a una familia de hombres con
pensamiento lógicos porque en estas circunstancias y en esas tareas se precisa
de pensar claramente, y disciplinados porque si no se arriesgan de perderlo
todo, hombres acostumbrados a sentir la adrenalina y vivir con ella.
Su madre la señora María Elena Figueroa Tagle compartió y
disfrutó con ellos sus grandes aficiones sin embargo siempre preocupada los
encomendaba a Dios, aunque como anécdota es importante aclarar que cuando
viajaba con ellos y la llevaban a Ensenada prefería que su hijo Armando fuera
el piloto del avión, al parecer se sentía más segura y confiada.
En el Valle de Santo Domingo el Capitán Basilio Tapia Moreno
conformó su grupo de amigos con quienes compartió sus éxitos y sus problemas,
entre los que destacan Daniel Lopéz, José de la Toba, Rodolfo Iribe, Rodrigo
Polanco, José Real, Rafael Geraldo, Raúl Real, Manuel Estrada, Agustín y
Krispin Flores, Antonio López, Oscar González, Teodoro Bustamante sobre todo
eran sus amigos de pesca, y además se relacionó con otros agricultores como
Rodrigo Polanco, José Bedolla, Güero Hampl de matancitas, El compadre “guacho”
de López Mateos Encarnación Escobedo, compadre Oscar Green, Arturo Susarrey y
Victoriano Polanco.
Con algunos de ellos compartió su afición por la pesca y
sobre todo por la caceria, su familia hoy recuerdan también como un gran
compañero de cacería al conocido “Chaca Gutiérrez” también apasionado de esta
actividad.
En el lugar conocido como “La Cabaña” de doña Emilia se
reunía para disfrutar un momento de esparcimiento, muy recomendado para los
pilotos, además ellos lo conocían como el cheick point de los pilotos.
Basilio Tapia Moreno tuvo la dicha de que sus padres Basilio
Tapia Rodríguez y Lorenza Moreno vivieran cerca de él en el Valle de Santo
Domingo, de orígenes muy humildes en Cosala, Sinaloa fueron contratados por la
empresa TYCSA como cocineros cuando construían la carretera transpeninsular. En
el Km. 100 fue su primer destino porque ahí se encontraba el campamento, sin
embargo cuando se instalada en un segundo momento el campamento de la compañía
en el crucero sus padres deciden abandonar su empleo en la empresa para
instalarse en este lugar prospero.
Aquí instalaron un pequeño restaurante que denominaron
Restaurant “pacífico” a ellos de cariño sus clientes le decían los abuelitos,
porque eran personas mayores, tiempo después enfrente del restaurante
instalaron la tienda conocida como tienda “negra” de Rodolfo Garza.
Un día sus padres deciden emigrar a Villa Ignacio Zaragoza y
el capitán Basilio Tapia les compra la casa a la cual le hace algunas
modificaciones y aquí se instala con su familia al llegar de Ensenada, ubicada
en Boulevard Olachea y calle Corregidora.
Doña Lorenza Moreno de Tapia y Don Basilio Tapia Rodríguez
adquirieron también otros terrenos, uno de ellos muy amplio que era utilizado
para que su hijo el Capitán Basilio Tapia Moreno guardara sus aviones mismos
que aterrizaba en el Boulevard que en ese entonces era solo una calle de tierra
de cascajo blanco que todos los días regaban
Si bien es cierto los papas del Capitán Basilio Tapia Moreno
eran de orígenes muy humilde, sin embargo sus suegros eran de familias de
linaje, habían llegado procedentes de Puebla a instalarse a Ensenada a
desarrollarse profesionalmente como Ingeniero Minero, trabajó en la
colonización de Ensenada y participó en la construcción de la carretera, con
los conocimiento que tenia de geología siempre manifestó su desacuerdo que se
construyera por la escénica que si bien es cierto tiene una vista muy atractiva
existe la conocida falla de San Miguel, sin embargo en ese momento se
privilegió el atractivo de las bellezas naturales al construirla por la
panorámica.
A pesar de las diferencias en cuanto a nivel socioeconómico
de sus familias el Capitán Basilio Tapia Moreno y su esposa María Elena
Figueroa Tagle vivieron siempre en gran armonía, conformaron un matrimonio
sólido y formaron a sus hijos en un ambiente idóneo de desarrollo.
Así como el Valle de santo Domingo tuvo un momento de
esplendor también vivió un momento de crisis cuando su economía se desploma,
hay una devaluación muy fuerte de la moneda y convencido que cuando sientes que
su sitio ya no te pertenece vuela, entonces deciden emigrar a Ensenada, además
el Capitán Basilio Tapia Moreno había adquiridos dos o tres ranchos de los
cuales ya no tenía ganancias, sino todo lo contrario de su trabajo en la
aviación le invertía para sostenerlos.
Porque la vida es así, él concluye un ciclo en el Valle de
Santo Domingo, emprende su vuelo en compañía de su familia, ya instalados en
Ensenada junto con su hijo Armando trabajan como pilotos de aviones de carga,
en ese tiempo se encontraba el auge de la captura de langosta, abulón y atún y
para esto adquieren un avión carguero.
En el año de 1990, a la edad de 61 años el capitán Basilio
Tapia Moreno realiza su último vuelo el 10 de julio de 1990, él emprendió un
largo viaje que lo llevó a un lugar desconocido pero considerado el más
extraordinario de su vida porque partió a disfrutar la vida eterna al lado de
nuestro padre celestial.
Hoy su esposa María Elena Figueroa Tagle desde Ensenada, Baja
California se encuentra aun atesorando los bellos momentos que vivió al lado de
su compañero de vida. A pesar del tiempo y la distancia aun continúa
estableciendo comunicación vía telefónica con la familia de sus grandes amigas,
Manuela Romero, Mercedes Real, Judith Pérpuli Monarque (la negra), y la madre
de Daniel López que actualmente vive en Cabo San Lucas.
Basilio Tapia Moreno un hombre que contribuyó de manera
significativa a la economía del Valle de Santo Domingo, se encuentra hoy aquí
en el espacio de las historias no contadas de personajes del Valle de Santo
Domingo.
Entrevista Realizada
por el Licenciado Miguel Suarez Reyes al piloto Armando Tapia Figueroa.
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