Por: Eliseo Santana A.
Quienes han leído mi relatos se habrán dado cuenta que tengo
cierta “fijación” en nuestra historia marina, poseo una buena colección de
fotografías de barcos que navegaron por nuestros mares californianos, también
recopilo y ordeno información relativa a esto, no lo hago intencionalmente,
sino cuando indago en la red cualquier otra cosa, leo, veo una película etc.
algo me lleva a encontrar lo que no busco, pero encuentro.
Así que, como siempre me sucede en estos casos, me encontré
un viejo libro escrito por José María Barrios de Los Ríos en el siglo XIX, pero
publicado hasta 1908, ya en el siglo pasado, el XX.
José María Barrios de Los Ríos, nos relata de manera
elocuente y hasta con un toque poético su viaje a esta “extraña y desconocida
tierra” californiana. Describe como era la ciudad de La Paz en las últimas
décadas del siglo antepasado, las costumbres de sus habitantes, como era la
gente, como vestían, que comían etc., claro desde su punto vista muy
particular, muy citadino, todo es interesante, pero esto será material para
otra entrega donde analizaremos su libro.
Barrios de Los Ríos narra, como parte del puerto de Mazatlán
Sinaloa rumbo a nuestro puerto; aquí les transcribo de manera textual como cuenta
su llegada al muelle del puerto de La
Paz:
“En el puerto es raro que se encuentren a la vez fondeados dos o más
barcos de alto porte, pero tiene constantemente surtos multitud de pequeños
pailebotes, balandras, lanchas de cabotaje y canoas y botes pescadores, por
entre cuyas filas avanzamos hasta el muelle. Este se prolonga muy poco mar
adentro, y su ancha calle se halla coronada de gente. Una multitud de
chiquillos y mujeres acostados a lo largo de la playa encaramados en los
balconcillos de madera, ó desde los corredores y azotehuelas de las calles
altas, agitan sus pañuelos saludando la embarcación; y los tripulantes del
cariñoso barco, corresponden con igual agasajo la simpatía de los porteños. A cierta
distancia del muelle suena el escoben de cadenas del ancla, y en medio de un
silencio á que prestan magestad el océano, las riveras y las montañas, entona
el Newbern por tres veces su saludo triunfante.
A su ronco silbato contestan dos o tres vaporcitos
remolcadores; y la gente de la ciudad en profusa aglomeración de botes y
falúas, acuden a bordo con expectación de nuevas felices.” (Fin de la cita)

Pero eso… es otra historia.
Lo que llamó mi atención cuando leía, fue el nombre del barco
que llegaba, EL NEWBERN, no tenía la
menor idea de su existencia, así que como comenté al principio, me intrigan, me
gustan los barcos, así que quedé interesado y me dediqué a investigar a este
vapor, El Newbern, y para mi sorpresa… sí que tenía historia, participó en una
guerra, trasladó “tesoros”, personajes importantes, fue acusado injustamente de
“asesinato” y finalmente por una falla humana naufragó, aquí trataré de contar
su historia de manera concisa (muy difícil por la vastedad de datos) y buscando
relatar solo los hechos que se relacionan con nosotros, nuestra tierra, pues un
relato de toda su existencia sería demasiado extenso.



Minerales - 1.000 toneladas.
Lana - 60 toneladas.
Mercancía general - 60 toneladas.
Cueros - 6.170 toneladas.
Way Freight - 1.440 toneladas.
También una gran cantidad de lingotes y otros artículos.
Lo que recibieron desde San Francisco Cal. (no tengo el dato).

Ya platicamos “mucho” del barco, ahora enfoquémonos en otras
cosas.
En El Newbern como ya vimos se transportaban distintas
mercancías y personas en esta parte del pacifico mexicano, y entre los
pasajeros destacados que estuvieron en La Paz en el siglo antepasado estaba, Ángela Peralta.

María de los Ángeles Manuela Tranquiliza Cirila Efrena
Peralta Castera; que era su nombre completo, nació en el seno de una familia
pobre, en la Ciudad de México, aun así, desde pequeña destacó por sus aptitudes
en el canto, fue descubierta y recibió educación musical adecuada, durante su
carrera artística recibió varios “apodos” el más conocido fue “El Ruiseñor Mexicano”, la prensa
europea la nombro: “Angelica di voce e
di nome” (Ángel de voz y nombre).
El primer rey de Italia, Víctor Manuel II y su esposa la
invitaron a actuar en Turín y después de eso, prácticamente toda Europa,
Nápoles, Génova, Roma, Florencia Lisboa, París, Barcelona, Madrid, en el medio
oriente El Cairo, Alejandría, San
Petersburgo; en América, estuvo en Nueva York y La Habana, y desde luego
México, también cantó ante Maximiliano y Carlota durante la intervención
francesa en México.
Su vida profesional era un éxito, no así su vida sentimental,
los registros de esto no están claros, pero en Europa terminó casándose con un
primo de ella, que muere tiempo después recluido en un sanatorio mental.
En la década de 1870 inició una relación amorosa con el
empresario Julián Montiel y Duarte, situación que produjo un escándalo; la
rancia élite social de la ciudad de México obstaculizó sus presentaciones.
En 1883, con los
problemas que había tenido y con una situación financiera difícil, decide
iniciar una gira por el norte de México con su compañía de cantantes de ópera
italiana.
Fue en el trayecto de esta gira donde llega a La Paz, ahora Baja California Sur,
procedente de Guaymas Sonora, y fue en La Paz en donde cantó por última vez en
el escenario.
Maria di Rohan, es el nombre de la opera que
interpretó; es una ópera trágica en tres actos con música de Gaetano Donizetti
y libreto en italiano de Salvatore Cammarano, basado en Un duel sous le
cardinal de Richelieu, les anexo una interpretación moderna de dicha obra para
que se den una idea de lo que sucedió en nuestro puerto.
La información sobre su actuación en La Paz que recabé, dice
que el evento tiene lugar en un teatro improvisado, un foso de arena en desuso
(no tengo la menor idea de a qué lugar se refiere, ¿podría haber sido en un
arroyo?, la compañía de opera se componía de alrededor de 80 integrantes, que
la componían, cantantes, actores, músicos y tramoyistas, etc. mucha gente aun
para los estándares actuales, ahora, imaginémonos ese día, de 1883, era el mes
de agosto, hacía calor, en el “teatro” improvisado se había avituallado con
todas las sillas y bancas que pudieron recabarse, a la derecha del escenario la
orquesta de músicos italianos y su estirado director con engomados bigotes,
estilo Dalí, con la batuta en la mano, listo para iniciar.

Y claro, todas con fajas como accesorio indispensable para
los trajes femeninos de moda en esa época, alrededor de la cintura, una manta
llamada chirgate, sobre los hombros una pequeña manta a la que se le nombraba liquiria, en el busto, un alfiler
grande de oro o plata con cabeza de cascabel.

Regresemos con la diva, Ángela Peralta, después de su
actuación en La Paz ella se dirigió al
puerto de Mazatlán Sinaloa.
Desafortunadamente,
Ángela Peralta murió en ese puerto, en el Hotel Iturbide. Tenía 38 años, pero
algo extraño y macabro ocurrió en ese hotel, contaron algunos testigos, que se
realizó una tétrica ceremonia, una boda in artículo mortis supuestamente
solicitada por ella… y su amante Julián Montiel y Duarte.
La habitación del hotel estaba en penumbras, apenas iluminada
por un par de quinqués, su mortecina luz iluminaba a duras penas a los que ahí
estaban, la Diva yacía inconsciente sobre el lecho, su rostro había adquirido
un color amarillento, sus pálidos labios
no tenían color y apenas se percibía su
débil respiración, la ceremonia de boda in artículo mortis dio inicio,
uno de los testigos y amigo personal de Ángela llamado Lemus, se sentó a un
lado de la cantante y como pudo, la medio sentó en la cama, ella no reaccionó,
la ceremonia dio inicio, y cuando quien llevaba a cabo la ceremonia “le
pregunto” a la Peralta, ¿Acepta por esposo al Sr. Julián Montiel y Duarte?
Lemus quien era quien la sostenía, movió su cabeza de atrás a adelante para que
pareciera que daba su consentimiento.
Ángela Peralta murió a la edad de 38 años, fue enterrada en
Mazatlán, pero en 1937, sus restos fueron llevados a la ciudad de México y
depositados en la Rotonda de las Personas Ilustres.
Anexo dirección donde podrán escuchar una de las pocas
grabaciones que existen de ella: https://www.youtube.com/watch?v=fNlrP4ZGWOc
El 14 de octubre de 1893
el Newbern navegaba al sur de
San Diego, frente a las islas Coronado,
sin contratiempos, la mar era propicia era una travesía normal, como
muchas otras que habían hecho, el capitán y su primer oficial Gallagher
supervisaron de manera rutinaria la embarcación.
El capitán dio la orden a Gallagher para que a las 3:15 AM, cambiara rumbo, navegaban a 10
nudos y dentro de un cerrado banco de neblina, la visibilidad era cero, el
barco hizo sonar su silbato de niebla, algunos pasajeros despertaron, otros
apenas lo notaron, el timonel nervioso por la falta de visibilidad a pesar del
frio, le sudaban las manos, el primer oficial apretaba entre sus dientes su
pipa de espuma de mar y arrojaba más humo que el propio barco; no le gustaba
navegar en esas condiciones, prefería las tormentas a la neblina.
3:08 AM, siete minutos más y cambiarían de rumbo,
Suena de nuevo el silbato, ordenó a un marinero que también
estaba de guardia, BUUUOOOOOO, el ronco sonido debió escucharse lejos, no vaya
ser y un despistado se nos incruste en
el costillar, dijo Gallagher y soltó una sonora carcajada.
3:09 AM, seis minutos para cambiar de rumbo,
-¿Y vas a regresar con nosotros en el siguiente viaje John?
escuché que querías retirarte.
-No señor, no me quiero retirar aun, regresaré el próximo
viaje, aun no reúno el suficiente dinero como para poner el negocio que deseo,
señor.
3:10 AM cinco minutos para cambiar de rumbo,

El capitán le ordenó a un sobrecargo que fuera a Redondo Beach a solo 13 millas de ahí a dar aviso de lo sucedido para que les
prestasen ayuda, mientras tanto armaron un pequeño campamento para esperar a
los rescatadores; más tarde, la compañía minera El Redondo Co. envió carruajes
en ayuda de los pasajeros y la tripulación del Newbern.
Aun después de eso, tuvieron tiempo de rescatar el correo y
casi la totalidad de su carga principal, lingotes de plata, todos ellos, menos
dos fueron rescatados.
Días después, buzos encontraron los dos lingotes faltantes,
pero los intentos de rescatar al maltrecho buque fueron en vano, las olas
hicieron su trabajo, destrozándolo y arrastrando el pecio a aguas más
profundas.
Después del naufragio mucho se discutió de la responsabilidad
del capitán John Von Helm y su segundo, Gallagher, en este, aunque ambos fueron
absueltos se llegó a la conclusión que fue una falla en el reloj de abordo lo
que ocasionó el accidente, tan fue así que la misma compañía propietaria del
barco, contrato de nuevo al capitán para que comandara la nueva nave que
adquirieron para substituir al Newbern.
Este es pues, el
“corto” relato de la vida y peripecias
de un extraordinario barco que tocó nuestro puerto el siglo antepasado (XIX).
El Newbern… un barco admirable.
Fuentes:
El país de las perlas y cuentos californios de José María
Barrios de Los Ríos
Sombrerete, biblioteca Esterciana.
Guía Familiar de Baja California 1700-1900 de Pablo L.
Martínez
Historia general de Baja California Sur: La economía regional
De: Dení Trejo Barajas, Edith González Cruz
BUNKER,
Steven B., «Consumere of good taste: Marketing Modernity in Northern Mexico,
1890-1910», Mexican Studies/Estudios Mexicanos, Vol. 13, núm. 2, Summer,
Umversity of California, 1997.
HABER, Stephen H., Industria y subdesarrollo: la
industrialización de México, 1890.
Wikipedia, la enciclopedia de contenido libre.
Aguas Abajo Blogs
Otros.
Estupenda investigacion.
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