jueves, 8 de enero de 2015

Los Chun kunes y el ISSSTE


Ayer nos toco la tradicional visita mensual de chequeo médico en el ISSSTE con el DR. Millán, aunque fuimos muy temprano mi esposa y yo, nos tocaron las fichas 14 y 15, sacamos cuentas y decidimos que teníamos tiempo de hacer unas compras, dejar unos encargos y e ir a comer a algún lugar.
Dejamos unos regalos que estaban pendientes en casa de mi madre y fuimos a la tiende LEY, (mi mujer sabe que es lo más barato ahí, no todo es económico) y después decidimos visitar el “nuevo” restaurante chino que se abrió en los locales comerciales del también nuevo Hotel One.
Lo primero que nos gustó, es que tiene un amplio estacionamiento, nos dirigimos al restaurant  y como es tradicional en la mayoría de los comederos chinos nos recibieron con una amplia sonrisa, de una guapa jovencita de claros rasgos asiáticos, le pregunte si debíamos pagar primero o al terminar, hice la pregunta porque el servicio que ofrecían era buffet  y en otros lugares primero pagas, me dijo que no, que al terminar pagara, le di las gracias y Elsa y yo iniciamos el recorrido por la larga barra de alimentos de 12 a 15 metros de apetitosos, suculentos ,sabrosos y variados platillos orientales, debo aclarar que soy fan de la comida china y he recorrido prácticamente todos los restaurantes de este tipo en mi ciudad y otros estados.
Carnitas rojas, pollo y costillitas en agridulce, Chop Suey, Chi Maa,  tallarines, camarones enchiladitos, arroz, costillitas, wantan, Chun kune, etc, etc.

Unas jovencitas que estaban en la mesa de al lado no dejaban de “visitar” la barra de Sushi que a decir verdad estaba excelente, en la siguiente mesa estaba una parejita y al parecer la novia estaba a dieta y solo se servía frutas y ensaladas que debo comentar son muy variadas, el que me llamo la atención fue un señor muy alto y bigotón que entro y me saludo a la pasada, se dirigió directamente a los camarones tomo un plato el cual lleno de los apetitosos crustáceos, y solo les agrego un poquito de arroz por encimita.
Las plebes de al lado, las de las del Sushi y que ya habían  llegado antes que nosotros se veían satisfechas, se dirigieron a la barra de postres y me dio curiosidad cuanto se servirían, pues habían comido más que suficiente, se van servir “poquito”, pensé, para mi sorpresa se desviaron 30 grados a la izquierda y se dirigieron a un refrigerador y con un tazón en mano asaltaron literalmente al indefenso refri, sus recipientes se llenaron de nieve de vainilla, chocolate y fresa la cual degustaron con infinito placer, pero… (Siempre hay un pero) cometí un gran error, le comente a mi esposa lo de la nieve, sus ojos se abrieron muy grandes, se apuró a terminar lo que aún tenía en su plato, y se lanzó por un tazón para para visitar ese “mágico” lugar.

Y me empecé a preocupar, pensé, con razón no cobran al llegar, y si solo me cobran la nieve que se comió Elsa, va a salir caro, me dirigí a la caja resignado y solicite mi cuenta, una enigmática sonrisa se dibujó en los labios de la muchachita que está en la caja (ya se rio, va ser mucho, pensé) ¿en qué mesa estaba? Pregunto, no supe decirle, pero la joven que nos recibió le dijo el número, tecleo la caja y me dijo… son ciento noventa y ocho pesos ($198.00), quede sorprendido por lo económico, les di las gracias y todavía me regalaron unos dulces y unas galletas de la suerte.

Les recomiendo el lugar y les invito a visitarlo, vale la pena no se van a arrepentir, les anexo un volante con información del lugar.

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