Adán y Eva comieron la manzana.
Irritado, el Señor los expulsó del Paraíso.
Iban muy tristes
el hombre y la mujer.
- Caray! - se
afligió Eva - Con cuánta dureza nos castigó el Señor!
-Puede hacerlo
- razonó Adán - es nuestro Padre.
-En efecto -
refunfuño Eva -. Si hubiera sido nuestro abuelito no nos hubiera hecho nada.
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