Los corales son organismos marinos, generalmente coloniales,
que se caracterizan por ser hipercalcificadores al extraer grandes cantidades
de carbonato de calcio del medio y con ello formar sus esqueletos.
Éstos llegan a formar arrecifes
coralinos, ecosistemas de amplia relevancia ecológica que resultan fundamentales
para una gran variedad de especies, pero que también ayudan a prevenir la
erosión y disminuir la fuerza del oleaje en las zonas
costeras; además que son la estructura natural más efectiva para la protección
contra tormentas tropicales y huracanes.
Aunado a lo anterior, también se
sabe que son una fuente de materiales para la confección de joyería,
construcción y ornato, y existen estudios sobre sus beneficios en la obtención
de productos químicos y hasta farmacéuticos.
No obstante, estos singulares
organismos se enfrentan a diferentes amenazas que ponen en riesgo su
estabilidad biológica, lo cual resultaría en algo muy grave y de consecuencias
a escala global.
De acuerdo con Diana Marisa Campa
Molina, estudiante de la Maestría en Ciencias Marinas y Costeras de la
Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), una de estas amenazas es
la acidificación del océano derivado del incremento de dióxido de carbono (CO2)
en la atmósfera, que pronto puede poner en riesgo a los organismos calcificantes
marinos.
Señala que, de acuerdo a datos de
un estudio realizado en la UABCS por Mónica Torres sobre la acidificación del
pacífico tropical oriental, la producción global de carbonato
de calcio (CaCO3) en los corales disminuirá entre 14% y 30% para el año 2050,
debido a que la saturación de aragonita y el pH se reducirán considerablemente
en el futuro, como efecto de las altas concentraciones de CO2 y el incremento
en la temperatura del océano.
Campa Molina sugiere que las
consecuencias provocadas por una extinción de los arrecifes coralinos serían
tan grandes, que tendrían un impacto mundial demasiado fuerte tanto en lo
ecológico, como incluso en lo económico y social.
Como ejemplo, cita un estudio de
John Veron y colaboradores de 2009, donde se estipula que alrededor de 500
millones de personas en más de 100 países dependen de los arrecifes de coral,
donde se estima un rango de 172 a 375 billones de dólares por año en bienes y
servicios provenientes de estos ecosistemas, sin incluir aquellos intangibles
como la producción de arena e intercambio de gases.
Además, muchas especies marinas
dependen de los arrecifes de coral y buscan en estas colonias un refugio, un
lugar para desovar, un sitio para resguardarse de especies depredadoras más
grandes o como zona de alimentación.
Asimismo, la maestrante de la UABCS
indica que muchos sitios costeros estarían indefensos ante la llegada de
tormentas y huracanes, sin dejar de mencionar que el planeta perdería su fuente
principal de oxígeno y los seres humanos una materia prima potencialmente rica
para la producción de medicamentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario