En seguimiento del programa de gestión ambiental responsable, y con objeto de tener un aprovechamiento más óptimo del recurso hídrico, la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) hizo mejoras a su Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR), misma que fue afectada en 2014 a causa del ciclón tropical “Odile”.
Además de la rehabilitación de su
infraestructura, a este proyecto se añadió un aula didáctica y un almacén para
llevar a cabo estudios de calidad del agua, espacios que servirán como laboratorio
de prácticas para estudiantes de las carreras afines al tema; de manera
especial, de la Licenciatura en Gestión y Ciencias del Agua.
De acuerdo con la Dra. María Z.
Flores López, Profesora-Investigadora del Departamento Académico de Ciencias de
la Tierra y responsable del Plan de Manejo Integral del Agua, una instalación
de este tipo conlleva una serie de procesos físicos, químicos y biológicos para
eliminar los deshechos presentes en el agua.
“En contexto, las aguas
residuales frecuentemente van a estar o ya se encuentran contaminadas, producto
de actividades humanas, industriales o de tipo pecuario, por ejemplo, que
suelen llamarse de manera técnica, descargas. Éstas se trasladan por
alcantarillas hasta llegar a una PTAR, donde son saneadas y, posteriormente,
pueden reutilizarse”.
En el caso de la UABCS, mencionó que la planta está diseñada
para operar mediante el proceso biológico de lodos activados convencional y proyectada
para tener un caudal máximo de 6 litros por segundo.
Con la reutilización de las aguas tratadas, derivadas de
las descargas en todo el campus La Paz, se pretende hacer un mejor
aprovechamiento del recurso, destinando el producto para riego de áreas verdes,
jardines y vivero, así como actividades del Campo Agrícola universitario.
La catedrática precisó que este
tipo de mecanismos están en funcionamiento desde hace tiempo en diferentes
partes del mundo, incluyendo nuestro estado, manteniendo procesos
estandarizados por lineamientos gubernamentales, manejo operacional, así como en
cuanto a los procesos biológicos y físico-químicos, por lo que se obtiene un
agua con calidad aceptable.
De allí que, al vivir en un sitio
como Baja California Sur, con serios problemas de manejo de agua y estrés
hídrico, es importante generar soluciones y una de ellas es el agua residual,
una alternativa para la gestión de este importante recurso.
Precisamente, afirmó que para la
Universidad este tipo de acciones derivan de su compromiso con la protección
del medio ambiente, la conservación del vital líquido y el ahorro de recursos. Conjuntamente,
de su interés por brindar espacios para el desarrollo integral y académico de
sus estudiantes, quienes, en este caso, más allá de aplicar sus conocimientos
de forma práctica, podrán desarrollar trabajos desde el punto de vista
científico.
Y si bien no existe una solución única para el problema del
manejo hídrico al existir una serie de factores y actores que interactúan a su
alrededor, la investigadora hizo hincapié en que una de ellas puede ser sin
duda el agua residual.
En el caso de México, explicó que
se registraron 2,600 plantas de tratamiento de aguas residuales en 2019, lo que
consideró insuficiente para su extenso territorio y particularmente para el
número de población que presenta.
“Menos de la mitad del agua
colectada en el país es saneada, esto habla del gran reto que tenemos en la
materia. Por ello celebro que una institución como la UABCS, de la mano de su
comunidad estudiantil, académica y administrativa, esté apostando por esta
medida, ya que podemos ser ejemplo en materia de responsabilidad social sobre cómo
hacer las cosas adecuadamente y mostrar las ventajas hídricas que puede traer
consigo la operatividad de una PTAR”, finalizó.
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