BALCONEANDO
Por Alejandro Barañano
Quizá la historia que le ocurrió
al Partido Revolucionario Institucional allá por el año del 2011 en Baja California Sur, podría repetirse con el
Movimiento de Regeneración Nacional, esto
al querer jugar a la política totalmente a ciegas.
Lo digo porque tal parece que no saben en realidad cuántas canicas
traen en la bolsa pero siguen apostando doble contra sencillo, pues en los posicionamientos
que presumen tener son tan endebles y volátiles como sus propias propuestas.
Guardadas las debidas proporciones, se perciben las mismas prácticas e
inercias entre morenistas tal y como las vivieron los priistas en su tiempo; o
sea un fuerte golpeteo entre ellos, posiciones totalmente irreconciliables, actitudes
soberbias, descuidos en el manejo de imagen y muy variados actos de corrupción.
Sus apuestas, por decirlo de alguna manera, están fijas en Andrés
Manuel López Obrador, cuya suerte hoy en
día está ligada al comportamiento de la economía y a los números finales que pueda dejar la pandemia que vivimos.
Además, hay otros factores como el problema de inseguridad que cada vez está más desbocada, pero lo
más sensible y apremiante son los resultados de su gestión.
Y lo digo porque a casi 20 meses de gestión no se ha construido escuela alguna, tampoco nuevos hospitales, ni carreteras,
es más, ni se han creado más y mejores empleos. Aunado a todo ello no han
llegado tampoco nuevas inversiones al país y si por el contrario se han estado desocupando
trabajadores en el sector público. O sea de mal y de malas.
Por si todo lo anterior no fuera suficiente, existe también un marcado
desabasto de medicamentos hoy en día, se cerraron guarderías y Petróleos
Mexicanos sigue produciendo mucho menos gasolina.
Ni hablar de la luz y del diésel que siguen sin disminuir su precio
en definitiva, y si en cambio se han
aumentado las contribuciones y creados nuevos impuestos, además de haber eliminado
apoyos a los sectores productivos como lo son la agricultura, pesca y ganadería.
Más sin embargo en las conferencias “Mañaneras” y en las entrevistas de banqueta el Presidente de México en donde nutre y alimenta sus posicionamientos
y sus supuestos niveles de aceptación –que por cierto ya no son los mismos- tratando con ello de ocultar los signos
inequívocos de que el proyecto de la Cuarta Transformación no anda nada
bien.
Otro dato que nos deja más clara la radiografía de lo que comentamos son
las posiciones encontradas e irreconciliables surgidas tras el relevo de la dirigencia nacional de Morena, y sobre todo por el mal manejo del
oriundo de Macuspana ante las expresiones de inconformidad y que se han convertido ya en verdaderos petardos que están explotando
en sus manos.
Aquí, en el plano local, las cosas están peor, pues no hay partido –Alberto
Rentería Santana anda perdido– y tampoco
hay árbitros con credibilidad que intervengan ante las marcadas diferencias que
existen entre los variados actores políticos morenistas. Tan así, que los
liderazgos están fraccionados, rebasados y muy cuestionados, y peor aún,
confrontados y sin autoridad moral que se respete.
Pero está visto que la lección de historia política no la quieren
aprender, por lo que no tengo duda que les sucederá lo mismo que a los
tricolores en 2011, 2012, 2015 y 2018, donde el glamour del poder los hizo
perder el piso y huir de la realidad; por lo que mejor quien esto escribe
seguirá BALCONEANDO. . .
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