lunes, 6 de julio de 2020

DOS PERSPECTIVAS




BALCONEANDO

Por Alejandro Barañano

Para nadie es ajeno que la pandemia fruto del Covid-19 ha causado grandes estragos económicos desde hace varios meses atrás. Este virus que apareció de la nada, se propagó rápidamente frenando no solo la economía sino confinándonos a todos en nuestras casas para así evitar el colapso de los sistemas sanitarios.


Si bien hubo empresas que tuvieron que seguir trabajando por ser consideradas servicios esenciales, también hubo otras más que operaron de manera virtual, –por decirlo de algún modo- aunque lo cierto es que el sector turístico –prioritario para la entidad- se vio azotado como nunca antes, incluso obligado a cerrar prácticamente todos los establecimientos –hoteleros y de servicios- a medida que avanzaba el ahora famoso Coronavirus.
Sin embargo, y solo por poner un ejemplo, se dio a conocer que en España -ya con la pandemia controlada- se levantaron los controles fronterizos con todos los estados miembros de la Unión Europea, coincidiendo esto con el fin del estado de alarma, además eliminar la cuarentena para los viajeros.
Pero la situación en nuestro país difiere mucho de lo que ocurrió en la Península Ibérica, puesto que el Gobierno de México decidió dar apertura a ciertas actividades antes de tener controlada la enfermedad, y seguro que alguien tendrá que responder por ello ante la sociedad tarde que temprano.
Y lo digo porque el Gobierno Federal dejó en manos de las entidades la decisión de iniciar con las actividades económicas, ello y a pesar del alto índice de contagios que aún se tenían encima.
Sin embargo en Baja California Sur se ha actuado con mucho profesionalismo, y por ello en la actualidad nos regimos bajo el sistema de semáforo de riesgo epidemiológico para así transitar hacia una nueva normalidad; acción que es un sistema de monitoreo para la regulación del uso del espacio público de acuerdo con el riesgo de contagio de Covid-19.
Como se sabe, este mecanismo está compuesto por cuatro colores, traduciéndose su significado en rojo: Donde se permitirán únicamente las actividades económicas esenciales, asimismo se permitirá también que las personas puedan salir a caminar alrededor de sus domicilios durante el día.
Naranja, donde además de las actividades económicas esenciales, se permitirá que las empresas de las actividades económicas no esenciales trabajen con el 30 por ciento del personal para su funcionamiento, siempre tomando en cuenta las medidas de cuidado máximo para las personas con mayor riesgo de presentar un cuadro grave de Covid-19, se abrirán los espacios públicos abiertos con un aforo reducido.
El color amarillo, que será cuando todas las actividades laborales estarán permitidas, cuidando a las personas con mayor riesgo de presentar un cuadro grave de Covid-19. El espacio público abierto se abre de forma regular, y los espacios públicos cerrados se pueden abrir con aforo reducido. Como en otros colores del semáforo, estas actividades deben realizarse con medidas básicas de prevención y máximo cuidado a las personas con mayor riesgo de presentar un cuadro grave de Coronavirus.
Y por último el color verde donde se autorizarán todas las actividades, incluidas las escolares.
A fecha Sudcalifornia continuará en color naranja -alto riesgo de contagio- por lo que es urgente que mejoremos nuestro actuar para así no regresar al color inicial.
Por todo esto la administración encabezada por Carlos Mendoza Davis ha permitido operar ya a los hoteles cumpliendo todos los protocolos sanitarios establecidos, esto tanto para las actividades culinarias como turísticas.
Entre algunas medidas adoptadas, con pleno raciocinio gubernamental, destaca que todos los hoteles tendrán que contar con una estación médica en la propiedad y con un profesional certificado o una relación establecida con profesionales del sector salud que respondan a llamadas en casos de emergencias.
Además de forma obligatoria todos los centros de hospedaje que abran sus puertas al público tendrán al menos una habitación de aislamiento para cualquier empleado o huésped que muestre una temperatura elevada u otro síntoma del Covid-19.
Como se puede percibir, aquí en la media península las cosas se están haciendo bien y con cabeza pensante, no como quien representa al Gobierno de México ante esta crisis, o sea, Hugo López-Gatell Ramírez, quien le dio lo mismo comprar equipos indispensables en el mes de febrero que en mayo, o no tener jabón ni batas, ni tampoco gel desinfectante ni gafas en los hospitales, pero sí en cambio posar -de frente y de perfil- serio en ocasiones y sonriente otras veces ante los medios de comunicación dando alocadas cifras que nadie, absolutamente le cree.
En pocas palabras y concluyendo, hay dos perspectivas ante los ojos de la sociedad. Una la del Gobierno de Baja California Sur que ha logrado con acciones claras y fehacientes dar resultados a su gente, y la otra la del Gobierno de México que ha evidenciado ser una verdadera vergüenza y tragedia; por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .

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