BALCONEANDO
Por Alejandro Barañano
Para nadie es ajeno que la pandemia fruto del Covid-19 ha causado grandes
estragos económicos desde hace varios meses atrás. Este virus que apareció de la nada, se propagó rápidamente frenando no
solo la economía sino confinándonos a todos en nuestras casas para así evitar
el colapso de los sistemas sanitarios.
Si bien hubo empresas que tuvieron que seguir trabajando por ser consideradas
servicios esenciales, también hubo otras más que operaron de manera virtual, –por decirlo de algún modo- aunque lo cierto es que el sector
turístico –prioritario para la
entidad- se vio azotado como nunca
antes, incluso obligado a cerrar prácticamente todos los establecimientos –hoteleros y de servicios- a medida que avanzaba el ahora famoso Coronavirus.

Pero la situación en nuestro país difiere mucho de lo que ocurrió en la
Península Ibérica, puesto que el Gobierno de México decidió dar apertura a ciertas actividades antes de tener controlada la
enfermedad, y seguro que alguien tendrá
que responder por ello ante la sociedad tarde que temprano.
Y lo digo porque el Gobierno
Federal dejó en manos de las entidades
la decisión de iniciar con las actividades económicas, ello y a pesar del alto
índice de contagios que aún se tenían encima.
Sin embargo en Baja
California Sur se ha actuado con
mucho profesionalismo, y por ello en la actualidad nos regimos bajo el sistema de semáforo de riesgo epidemiológico para así transitar hacia una nueva
normalidad; acción que es un sistema de monitoreo para la regulación del uso
del espacio público de acuerdo con el riesgo de contagio de Covid-19.
Como se sabe, este mecanismo está compuesto por cuatro colores, traduciéndose
su significado en rojo: Donde se
permitirán únicamente las actividades económicas esenciales, asimismo se
permitirá también que las personas puedan salir a caminar alrededor de sus
domicilios durante el día.
Naranja, donde además de las
actividades económicas esenciales, se permitirá que las empresas de las
actividades económicas no esenciales trabajen con el 30 por ciento del personal
para su funcionamiento, siempre
tomando en cuenta las medidas de cuidado máximo para las personas con mayor
riesgo de presentar un cuadro grave de Covid-19, se abrirán los espacios
públicos abiertos con un aforo reducido.
El color amarillo, que será
cuando todas las actividades laborales estarán permitidas, cuidando a las
personas con mayor riesgo de presentar un cuadro grave de Covid-19. El espacio público abierto se abre de
forma regular, y los espacios públicos cerrados se pueden abrir con aforo
reducido. Como en otros colores del
semáforo, estas actividades deben realizarse con medidas básicas de prevención
y máximo cuidado a las personas con mayor riesgo de presentar un cuadro grave
de Coronavirus.
Y por último el color verde donde se autorizarán todas las actividades,
incluidas las escolares.
A fecha Sudcalifornia continuará en color naranja -alto riesgo de contagio- por lo que es urgente que mejoremos
nuestro actuar para así no regresar al color inicial.
Por todo esto la administración
encabezada por Carlos Mendoza Davis
ha permitido operar ya a los hoteles cumpliendo todos los protocolos sanitarios
establecidos, esto tanto para las actividades culinarias como turísticas.
Entre algunas medidas adoptadas, con pleno raciocinio gubernamental, destaca
que todos los hoteles tendrán que contar con una estación médica en la
propiedad y con un profesional certificado o una relación establecida con
profesionales del sector salud que respondan a llamadas en casos de
emergencias.
Además de forma obligatoria todos los centros de hospedaje que abran
sus puertas al público tendrán al
menos una habitación de aislamiento
para cualquier empleado o huésped que muestre una temperatura elevada u otro
síntoma del Covid-19.
Como se puede percibir, aquí en la media península las cosas se están
haciendo bien y con cabeza pensante, no como quien representa al Gobierno de
México ante esta crisis, o sea, Hugo
López-Gatell Ramírez, quien le dio
lo mismo comprar equipos indispensables en el mes de febrero que en mayo, o no
tener jabón ni batas, ni tampoco gel desinfectante ni gafas en los hospitales,
pero sí en cambio posar -de frente y
de perfil- serio en ocasiones y
sonriente otras veces ante los medios de comunicación dando alocadas cifras que
nadie, absolutamente le cree.
En pocas palabras y concluyendo, hay dos perspectivas ante los ojos de
la sociedad. Una la del Gobierno de
Baja California Sur que ha logrado
con acciones claras y fehacientes dar resultados a su gente, y la otra la del Gobierno de México que ha evidenciado ser una verdadera vergüenza y tragedia; por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .
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