lunes, 15 de junio de 2020

¡LOS NÚMEROS NO MIENTEN!



BALCONEANDO

Por Alejandro Barañano

Parece increíble que justo cuando se vive el punto más alto de contagio a nivel nacional por Covid-19, Andrés Manuel López Obrador inicie su segunda campaña electoral -ahora como Presidente en funciones- porque tiene puesta la mira en reconquistar la mayoría del Congreso de la Unión en el año 2021; ganar al menos 16 congresos locales para que se pueda modificar la Constitución a su antojo y salir adelante –si el pueblo así lo decide- en la consulta de revocación de su maltrecho mandato.


Además, hay otros factores que trastocaron los escenarios de quien es el líder real y verdadero del Movimiento de Regeneración Nacional, tal y como es el caso del desplome de la economía, el rechazo a la inversión nacional y extranjera, y en consecuencia, el desempleo rampante que ya se comienza a vivir.

Ante todo lo anterior descrito, habría que añadir un condimento adicional, el incremento de la inseguridad pública y las muertes y contagios debido a una pandemia que se subestimó y que después se trató de ocultar con datos que no resisten el mínimo rigor de la transparencia. Y si todo eso ya no fuera suficiente, como cereza en el pastel de la Cuarta Transformación, está el creciente desencuentro con la Conferencia Nacional de Gobernadores y el enfriamiento total con el Consejo Coordinador Empresarial junto con sus doce asociaciones y cámaras que lo integran, lo que a todas luces es la puntilla final.

Lo antes comentado ha traído como resultado, que en la última encuesta nacional que realizó la afamada empresa “Consulta Mitofsky” llame poderosamente la atención que en Baja California Sur el llamado Movimiento de Regeneración Nacional por primera ocasión –esto desde julio del 2018 cuando ganó 15 de 16 diputaciones locales y tres de cinco ayuntamientos sudcalifornianos, dos senadurías y otras dos diputaciones federales- esté cayendo estrepitosamente en las preferencias electorales.

Y aunque a muchos no les guste –me refiero a los “puchistas” y muchos renegados- los resultados obtenidos son por demás contundentes, pues se realizó en las 32 entidades federativas y con los resultados se estableció que el Movimiento de Regeneración Nacional cayó al 17 por ciento de las preferencias como instituto político, siendo que apenas en el pasado mes de enero registraba un 26.1 de aceptación, y para sorpresa de propios y extraños, está siendo superado por el Partido Acción Nacional aquí en la media península pues se mantiene con un 21 por ciento de la aceptación popular.

Y aunque los que piensan como izquierda pero cobran como derecha lo objeten, se cree que la baja en las preferencias electorales del partido MORENA es debido a la aprobación que está teniendo el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, pues en enero de este año su aceptación social era de un 63.6  por ciento y en el pasado mes de mayo tan solo logró a un 39.7 por ciento; esto mientras que el gobernador Carlos Mendoza Davis tenía en el arranque del 2020 tenía una aprobación social del 58.2 por ciento y para en mayo pasado sigue con una aprobación del 58.1  por ciento. ¡Quihubole!

Tan es cierto lo anterior, que el mismo sondeo de opinión que se realizó la empresa Mitofsky a petición del grupo financiero BANORTE, midió también la aprobación de los gobernadores de los estados, siendo los primeros cinco gobernantes mejor calificados, siendo estos Yucatán, Mario Vila (PAN); Sinaloa en segundo lugar con Quirino Ordaz (PRI); Querétaro tercer sitio con Francisco Domínguez (PAN), Campeche con Rutilio Escandón en cuarta posición (MORENA) y Baja California Sur con Carlos Mendoza Davis (PAN) en el quinto sitio nacional.

Con esta radiografía mostrada en este espacio, podemos entender que aún con riesgo que representa el Covid y los reclamos que existen en materia de salud, aunado ello al escaso financiamiento a la actividad productiva y la polarización social, Andrés Manuel López Obrador sabe que para afianzarse necesita seguir teniendo control en los congresos de los estados, por lo que queda claro que ante ello tendremos a un Presidente itinerante, reavivando su base social en los 7 u 8 meses que la legislación electoral le va a permitir, pero sobre todo peleándose con todo adversario político que lo enfrente y dividiendo todavía más a México; por lo que quien esto escribe mejor seguirá BALCONEANDO. . .

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