BALCONEANDO
Por Alejandro Barañano
De los apoyos que el Gobierno
Federal ha retrasado para que se
atenúen los daños que el Coronavirus
en Baja California Sur, el
correspondiente al suministro de electricidad es el que más urge para las
familias y pequeñas empresas, convirtiéndose en la omisión principal que
desencadena en la población sentimientos
de abandono e indiferencia con
detrimentos en el ánimo social y que hoy más que nunca, debe ser acompañado por
políticas públicas solidarias.
En varios medios de comunicación y en redes sociales es el tema que
cobra más fuerza conforme se acerca la fase de la reactivación, bautizada por
el gobierno de Andrés Manuel López
Obrador como “nueva realidad mexicana”, y que supuestamente debido a que el
ascenso en las temperaturas propicia mayor consumo de electricidad y a
diferencia de otros años, en el actual la capacidad de pago está dramáticamente
reducida por los efectos del Covid-19.
Todo parece indicar que hay avances en las negociaciones que desde
diferentes frentes de representación popular se realizan con la Comisión Federal de Electricidad, pero se desconoce –a ciencia cierta- el
progreso y los alcances de dichas gestiones.
Uno se pregunta dónde están y que han hecho en favor de los pobladores
de la media península los senadores Ricardo
Velázquez Meza y Jesús Lucía Trasviña Waldenrath; o bien los diputados federales Isaías González Cuevas, Alfredo Porras Domínguez y Ana Ruth García Grande sobre el asunto. Nada, absolutamente nada.
En contraparte el miembro de la Cámara Baja del Congreso de la Unión, José Rigoberto Mares Aguilar, si se ha puesto al lado de la exigencia
ciudadana para que se moderen los cobros por el consumo de electricidad al
documentar excesos donde los recibos
crecen de 200 a 700 por ciento si se
compara lo facturado en este mismo período en 2019 y 2020.
También y en sincronía, la bancada del Partido Revolucionario Institucional en la Cámara Alta está solicitando que comparezca el director general
de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel
Bartlett Díaz, ello para que
explique por qué los excesivos costos ahora que el país enfrenta la crisis en
salud pública por el Covid-19.
Habrá quien lo quiera negar pero la cercanía de otra crisis -la económica- hace necesario que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador
esté a la altura de los requerimientos que se ocupan y de una vez por todas
determine acciones efectivas en beneficio del conjunto social afectado, sin
exclusiones.
En pocas palabras lo que espera Baja
California Sur es la mano
presidencial tendida hacia todo aquello cuya vulnerabilidad se acentuó por la pandemia
que se está viviendo y una de esas medidas debe de ser la adhesión de la Comisión
Federal de Electricidad -clara y sin
cláusulas tramposas- con un estado
que intenta levantarse pronto para seguir como puntal del desarrollo nacional; pero mientras eso sucede quien esto escribe
mejor seguirá BALCONEANDO. . .
COMO EN BOTICA
Resulta que nos enteramos que
a inicio de semana VÍCTOR MANUEL CASTRO COSÍO estuvo en COMONDÚ junto con el aborrecido alcalde JOSÉ WALTER VALENZUELA ACOSTA, y que se dedicaron de manera
descarada a realizar proselitismo electoral en favor del todavía delegado de PROGRAMAS DE BIENESTAR en la entidad.
Para muchos las aspiraciones de “EL PUCHAS” –como le dicen sus allegados y uno que otro igualado- son legítimas,
de acuerdo, pero lo que no es legal es que utilice a su favor los recursos
públicos, humanos y materiales asignados a su encomienda para sacar un beneficio
personal en favor de su proyecto político. Eso es un delito, además de una
cínica y desvergonzada forma de incurrir
en CORRUPCIÓN.
Todo esto antes marcado sucedió durante
el lunes en el rancho de PITAYO FLORES,
y ahí en voz del MAESTRO DE SECUNDARIA
JUBILADO, la mayor preocupación que expuso es que ya lo alcanzaron en las
encuestas que se vienen realizando, y eso, lo tiene por demás apanicado.
Después y antes de partir con
rumbo a Loreto, “EL PUCHAS” se
apersonó en la casa de DON “LENCHO”
OCHOA, y aunque el anfitrión no se encontraba en el lugar, sus operadores
políticos –Homero Davis Castro, Omar Antonio Zavala Agúndez y su propio concuñado
Salvador Cordero, el cual debería estar atendiendo todo lo referente a la
delegación de Relaciones Exteriores en Cabo San Lucas- se dedicaron
simplemente a grillar sin guardar la más mínima sana distancia que en este
momento que se vive es obligatoria.
Luego entonces nacen varias
interrogantes: ¿Eso es lo que más le preocupa a Víctor Manuel Castro Cosío? ¿Piensa
solamente en ser gobernador? ¿Y dónde deja lo relativo a la pandemia del
Coronavirus? ¿Y los sudcalifornianos, somos su burla?. . . ¡HE DICHO!
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