BALCONEANDO
Por Alejandro Barañano
Reza un viejo adagio popular: Son
odiosas las comparaciones. Pero en ocasiones nos dan margen para poder
dimensionar lo que se hace o se deja de hacer y por ello es que se acuden a
ellas.
¿Qué a donde quiero llegar con
esto? A que por un lado el
mandatario sudcaliforniano Carlos
Mendoza Davis nos reitera el llamado
para que se sigan la recomendación de quedarse en casa y solo salir para lo
estrictamente necesario, esto con la certeza de que tal acción será
determinante para evitar un contagio del llamado Coronavirus o Covid-19.
También nos ha asegurado que en breve su gobierno emitirá una ampliación
de medidas locales para evitar la propagación de esta pandemia, además de que
implementara nuevas herramientas
digitales que fortalezcan el seguimiento médico de pacientes con síntomas
respiratorios a fin de que prioricen el resguardo domiciliario y con ello se
evite la saturación de los servicios hospitalarios.
Además de ello, los expertos sanitarios del Gobierno de México han recomendado mantener la distancia social por el padecimiento, pero
curiosamente Andrés Manuel López Obrador nos salió con aquello de que no había
nada malo en abrazarse, y unos días después fue la Organización Mundial de la Salud
calificaba de pandemia la crisis por el COVID-19, e igual, no importó.
Así el tabasqueño ha seguido “repartiendo amor” a cientos
de personas en sus mítines propagandísticos. Pero el momento cenital de su “Virus
de los Abrazos” llegó cuando alzó
en brazos a una pequeña niña y la besó ocho veces antes de encajarle tres
mordiscos en la mejilla.
Pero no acabó ahí la cosa, pues la última imagen del cinismo del
presidente llegó cuando el nativo de Macuspana, Tabasco, dijo en una de sus somnolientas
conferencias de prensa matutinas que la defensa contra el virus era la
honestidad. Luego de ello mostró dos estampas de santos a los que llamó,
sus guardaespaldas.
En pocas palabras Andrés
Manuel López Obrador es
irresponsable. Su desdén a tomar medidas preventivas y liderar con el
ejemplo es una parodia peligrosa de un reyezuelo displicente. México tiene poblaciones vulnerables,
ciudades sobrepobladas, transporte público desbordado y un sistema de salud
debilitado por los recortes presupuestarios de su gobierno en 2019.
Esta crisis demanda esfuerzo colectivo, pero exige sobre todo, que esa
decisión individual sea reforzada a diario por la conducta de los funcionarios
electos. Presidentes, alcaldes, gobernadores, diputados deben ser prescriptores
de conducta.
Su figura orienta
comportamientos, fija los límites simbólicos de lo permitido. Por algo a algunos se les llama primeros
mandatarios o primeros ciudadanos: porque han de ser ellos quienes cumplan la
ley antes que todos.
Liderar no es aparecer siempre primero en las fotos rodeado de aliados
que aplauden cada ocurrencia como si fueran la enunciación de una máxima
filosófica. Liderar también es saber apartarse para que quienes saben —en este caso, los expertos— conduzcan el proceso. Por eso no debería comportarse como si no le
cupiere responsabilidad ni debiera dar ejemplo.
Un rey torpe conduce seguro a la derrota. Mil abrazos, ocho besos y
tres mordiscos, también; por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .
COMO EN BOTICA
Tal parece que las aguas
comienzan a tomar su cauce en el CONGRESO
DEL ESTADO, ello después de que tomaran protesta como diputado en funciones
AMALIA CAMACHO ÁLVAREZ, GREGORIO VEHA MÁRQUEZ, ARELI AMADOR ALDACO, MARÍA DEL ROCÍO VENTURA GARCÍA, XÓCHITL AIDA MARRÓN COTA, SOCORRO LÓPEZ PEÑALOZA y ONOFRE PÉREZ CAMACHO. . . Esto se dio
tomando como base la reforma de LEY
REGLAMENTARIA DEL PODER LEGISLATIVO aprobada en el año 2019, donde quedó
asentado que tras CINCO FALTAS
CONSECUTIVAS por parte de los legisladores se llamara a sus suplentes para
continuar la representación hasta el siguiente PERIODO ORDINARIO. . . Por lo que ahora gozarán de fuero hasta el próximo
31 de agosto. . . . ¡HE DICHO!
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