Por Alejandro Barañano
La ignorancia y estulticia del presidente Andrés Manuel López Obrador al parecer no tienen límites, y es
que cada día sale con nuevas ocurrencias y necedades que son peores que las que
dijo el día anterior, sin embargo “se voló la barda” con la novedad de que
a raíz del fracaso en la venta del avión presidencial ahora lo quieren rifar,
esto mediante 6 millones de “cachitos” de a 500 pesos cada uno. “Es una
broma, es ficción”, pensé. Pero no, parece que va en serio.
El sorteo es una de las cinco opciones que el presidente Andrés Manuel
puso sobre la mesa para cumplir con la promesa de campaña de deshacerse de la
lujosa aeronave “que no quiere ni Obama”,
la cual lleva un año vendiéndose sin éxito en Estados Unidos y que ya lo van a
regresar a México por falta de compradores.
¿Una burla? ¿Un distractor para que el pueblo no voltee a ver hechos
ocurridos en Chihuahua donde 150 sicarios tomaron el poblado de Las Pomas,
municipio de Madera, quemaron una veintena de casas y, según el Diario de
Chihuahua, “secuestraron y mataron”?
¿O quizá las broncas de salud derivadas del caótico arranque del INSABI?
¿O la preocupante caída del empleo?
Pero la desproporcionada ocurrencia de rifar la famosa aeronave Dreamliner
llevó al mismísimo secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, a contradecir a
su propio jefe, pues no estaba enterado de la locuaz propuesta. “No,
no se va a rifar, ¿cómo se va a rifar? Se va a subastar, una rifa es un boleto
y usted se lo gana, eso no”, les dijo ayer a los reporteros que cubrían
la fuente.
Aunque claro, como siempre no
faltan los lambiscones, los queda bien, los que a todo le dicen que sí, esos
que quieren que el Presidente los volteé a ver, y no vaya usted a creer que me refiero a la diputada federal de Morena,
Dolores Padierna, quien ya hasta
se ofreció para movilizar las huestes de ese partido para que la rifa del avión
sea un éxito.
Les guste o no les guste, les
cuadre o no les cuadre, lo más sensato sería
usarlo, pues nos ahorraríamos el doble de gasto, uno de tener el famoso
avión asoleándose y otro que los costos de los boletos de los vuelos
comerciales que realiza semana con semana Andrés Manuel López Obrador junto
con los colaboradores que lo acompañan no
checa con la imagen de pobreza franciscana que quiere proyectar el hombre
nacido en Macuspana, Tabasco.
Lo único que logró el “ingenioso”
presidente de México con aquello de la rifa del avión fueron puros sarcásticos
comentarios que inundaron las redes con toda clase de memes y con hashtags como
#SiMeGanoElAvión; #AMOLySusTrucos y #NoEsBroma, que fueron tendencia casi todo
el fin de semana tras el sorpresivo anunció; por lo que mejor quien esto
escribe seguirá BALCONEANDO. . .
COMO EN BOTICA
Por el desvío de recursos destinado
para programas sociales, por nepotismo y por operaciones con recursos de
procedencia ilícita en algunos casos, la UNIDAD
DE INTELIGENCIA FINANCIERA DE HACIENDA, la SECRETARÍA DE LA FUNCIÓN PÚBLICA y la FISCALÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA, investigan de manera conjunta a
varios de los SUPERDELEGADOS que
fueron designados por el presidente ANDRÉS
MANUEL LÓPEZ OBRADOR, y todo indica que uno de ellos es ni más ni menos que
VÍCTOR MANUEL CASTRO COSÍO. . . Y lo
digo porque hay quienes aseguran que “EL
PUCHAS” está bajo la lupa junto con ALDO
EMMANUEL RUIZ SÁNCHEZ; JUAN CARLOS
LOERA DE LA ROSA; JOSÉ ANTONIO
AGUILAR CASTILLEJOS; INDIRA VIZCAÍNO
SILVA; MAURICIO HERNÁNDEZ NÚÑEZ;
RODRIGO ABDALÁ DARTIGUES; GABINO MORALES MENDOZA; JAIME MONTES SALAS; JORGE TADDEI BRINGAS y ARMANDO ZAZUETA HERNÁNDEZ. . . Habrá
quien no lo crea, pero esos son los SUPERDELEGADOS
sobre los que ya pesan sendas investigaciones, esto como resultado de los
elementos recabados tras las denuncias presentadas por diversos sectores en su
contra, y muy concretamente en el caso de VÍCTOR
MANUEL CASTRO COSÍO, se basan por aprovecharse de su posición para colocar
a parientes, amigos y allegados en puestos claves de las dependencias federales
existentes en la media península, tal y como son los hijos de sus compadres y
uno que otro advenedizo lambiscón. . . ¡HE
DICHO!
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