BALCONEANDO
Por Alejandro Barañano
En más de una ocasión he escuchado historias sobre los filibusteros,
seres que conseguían reunir un grueso botín y compraban con ello un buque y
cañones. Las rapiñas les proporcionaron tener varios barcos, y eran aves de presa que se tiraban a todas
partes y que luego se retiraban a sitios inaccesibles; tan pronto
atravesaban cuatrocientas o quinientas leguas de mar costeando.
Así sorprendieron y saquearon a ciudades tan ricas como Chagra,
Maracaibo, Veracruz, Panamá, Puerto Rico, Campeche, Santa Catalina y los
arrabales de Cartagena.
Esos eran los filibusteros de antaño, pero hoy en día se disfrazan de
diputados federales y se cobijan bajo las siglas de Morena. Y lo digo por
la nueva embestida legal que se está
gestando para abrir a la pesca comercial
la especie del dorado, la cual según la Ley General de Pesca y
Acuacultura Sustentable en su Artículo 68 se encuentra reservada para
las actividades de la pesca deportiva.
Este filibustero moderno con fuero tiene nombre y apellido, es Maximiliano Ruiz Arias, presidente de la
Comisión de Pesca y Acuacultura en el
Congreso de la Unión, quien expuso que en México se desperdicia la
oportunidad de capturarlo masivamente cuando en otros países de América así
sucede, y con ello también se va la oportunidad de que mejorar economía de
cientos de familias. ¡Patrañas, meras patrañas!
Y digo esto porque la realidad nos ha demostrado que en ocasiones
anteriores detrás de estas “acciones
justicieras” se encuentran los intereses de importantes grupos de armadores
nacionales e internacionales, mismos que cuentan con una capacidad
instalada para ir masivamente tras las corridas de dorado en el litoral
nacional, e inclusive en aguas internacionales, cosa que desafortunadamente los modestos pescadores ribereños
sudcalifornianos no pueden hacer.
Este filibustero morenista debería entender que el dorado puesto a la
venta al menudeo, como captura comercial, jamás alcanzará la derrama económica
que en el caso de Los Cabos, Los
Barriles y Buena Vista deja la captura de esta especie en la actividad de la
pesca deportiva.
Tan es así, que información proporcionada por un histórico
y reconocido promotor, defensor e impulsor de la pesca deportiva en Los Cabos, Cliserio Mercado, asegura que según
datos oficiales del año de 2018 el Gobierno del Estado vendió 120 mil permisos
para pesca deportiva, y la mayor parte de ellos fue para la zona de Los
Cabos.
Ahora bien, conservadoramente
cada permiso ampara entre 4 y 5 personas que se hacen a la mar para practicar
la pesca deportiva, lo que significan entre 480 y 500 mil personas anualmente,
y la gran mayoría de ellos son turistas de origen extranjero.
Además cada una de las personas
que participa en esa actividad erogan
aproximadamente entre mil 500 y mil 800 dólares en combustible, servicios de
restaurant, alimentos y bebidas, hotel, personal de apoyo, renta de vehículos,
entre otros, lo que genera una derrama en este sector de más de mil 500 millones de dólares, que dan vida a
unos 25 mil empleos directos e indirecto cada año.
Esa es la importancia de la especie del dorado para Baja California Sur,
aunado a que biológicamente los desplazamientos del dorado está asociada a la
especie de picudos, por lo que una
eventual liberación del primero de ellos arrastraría literalmente a especies de
marlín, pez vela y pez espada, mismas que también están reservadas a la pesca
deportiva.
Por lo que abrir esta especie a la pesca comercial es totalmente
ilógico, ya que serán los grandes empresarios depredadores quienes se llevarán
este producto por toneladas hasta ponerlo al borde de la extinción como ha
sucedido con otras especies de nuestros litorales.
De acuerdo al diputado Ramiro
Ruiz Flores, quien ayer desde la máxima tribuna del Congreso del Estado,
dijo, que mañana jueves estará presentando un Punto de Acuerdo para exhortar a
los legisladores federales en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión ,
Alfredo Porras Domínguez, Ana Ruth García Grande, Isaías González Cuevas y Rigoberto Mares Aguilar, para que
igualmente levanten la voz y defiendan los derechos de los sudcalifornianos y se
siga manteniendo al dorado como especie exclusiva para la pesca deportiva por
la importancia que tiene para Baja California Sur esta actividad, por lo que será
cuestión de esperar para ver qué sucede; mientras tanto quien esto escribe mejor
seguirá BACONEANDO. . .
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