lunes, 23 de julio de 2018

Pescando este fin de semana




Eliseo Santana A.
Las Tarabillas fue el lugar que este fin de semana visitamos.
Mar, arena y sol.
Mucho sol y tranquilidad, solos en una playa de varis kilómetros, llegando lo primero que instalamos fue la sombra, bajamos las hieleras y nos preparamos una doble Canana, aunque se hizo una discusión, porque mi cuñado afirma que el nombre correcto es doble “canala”,  cada nombre tiene su explicación y origen aunque yo declare mi ignorancia en el tema, prometí investigar al respecto.


Aunque los pescadores casi nunca dicen la “vedad”, yo sí, no tuvimos suerte en la pesca, puro peces pequeños, morralla, llaveritos decía mi abuelo (los peces pequeños los regresamos al mar) , solo un “cochito”, bueno, un cochote, enooorme dijera el pescador mentiroso, que sirvió para el desayuno del domingo, con tortillas de harina, salsa enchilosa que llevábamos para los burritos y sal, el cochito entero lo pusimos sobre las brasas, lo grueso de la piel del pez hace que su carne se cosa en su jugo, como si estuviera envuelto en papel aluminio, y el hígado con un poco de sal y unas gotitas de limón es delicioso.

Nos dormimos temprano el sábado después de regresar de pescar, prendimos una fogata, platicamos y bebimos “un poco”, instalamos un par de catres de campaña fuera del toldo (para ver las estrellas) , en eso escuchamos un extraño ruido… era mi hijo echándole aire a un colchón inflable, con que estará inflando el colchón, pregunte a Luis, con el celular me dijo, ya ves estos “cabrones” (refiriéndose a los jóvenes) usan el celular para todo solo falta que les adapten un rollo de papel sanitario dijo… y soltamos la carcajada, y claro que no, inflaba el colchón con una pequeña bomba de aire conectada al encendedor del vehículo.

Aunque la luma no estaba llena esta creciente (llena para el día 28), su luz no permitía ver bien las estrellas intentamos identificar algunas, Marte, aunque no es una estrella, destacaba frente a nosotros, a nuestras espaldas creo que era venus (tampoco es estrella), los que veíamos muy brillantes, el resto no pudimos apreciarlo bien… desperté como a las cuatro de la mañana la luna ya había caído atrás de los cerros y el cielo era magnifico, podía ver la vía láctea de manera clara y los millones de estrellas titilantes en el fondo obscuro, me levante, fui a la fogata, atice el fuego y me puse a hacer café de talega, cuando estuvo listo me serví una gran taza, encendí un cigarro y me puse a esperar al rey, al rey sol que un poco más tarde saldría detrás de la isla de Espíritu Santo iluminando todo, solo por ver las estrellas y el amanecer había valido la pena el viaje, la pesca la dejaremos para otro día.


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