Por Azucena Meza
Sin duda este debate estuvo marcadamente definido por la
ocurrencia, por la espontaneidad de la payasada, y el deslinde de los temas de
fondo. Cierto es que el formato del debate permitió la posibilidad de romper
con el esquema de un pódium al cual sujetar el discurso, en esta ocasión hubo
manera de caminar de un lugar a otro, aunque el único en no utilizar ese
recurso de comunicación corporal haya sido Andrés Manuel López Obrador, éste se
destacó en un momento inesperado, prácticamente en los primeros minutos de
iniciada las intervenciones, pues ocurrió la payasada, el deslinde, el
protagonismo cirquero, y así quedó de manifiesto justo cuando intervenía en su
derecho de réplica Ricardo Anaya candidato de la Coalición del PAN – PRD –
Movimiento Ciudadano, y éste se acercaba hacia Andrés Manuel, quien en
instantes empezó a esconder la cartera, desde luego, robando toda la atención,
perceptible al ojo público esto “como una acto de broma o de chiste” y
convirtiéndolo en un hecho objeto de la sátira política con centenares de memes
replicando tal payasada.
Sin duda, un momento fuera de lugar y poco presidencial por
parte de Andrés Manuel. Se trata de un debate para ver contrastes de opinión,
estrategias, propuestas y formas de pensar, no de un concurso de malabarismos
cirqueros de ocurrencia, cuya acción solo nos revela una falta de seriedad
tremenda. Claro, indudablemente todos nos reímos, y la cuestión es, ¿quién no
se ríe ante estas tropelías?. Aunque el tema de fondo y que debemos decirlo, es
la gran soltura y habilidad que posee Andrés Manuel para sacarle la vuelta a
los asuntos serios en estos debates, y desde luego, su notoria facilidad para
el típico discurso de “las mafias del poder”, tan gastados insistentemente
durante este proceso. Me pregunto, ¿Será a caso un recurso necesario de Andrés
Manuel este tipo de ocurrencias de circo, para desviar la atención ante la poca
habilidad de poder confrontar ideas y debatirlas?. Recordemos que falta el
tercer debate, ¿qué hará Andrés Manuel en la siguiente ocasión? ¿Qué meme
procurará generar para evitar los trancazos durante el debate?
En tanto a Meade, candidato del PRI-Nueva Alianza, aunque con
mejorías en el discurso en esta ocasión, sigue siendo un candidato que se
desgasta en las atenciones y argumentos para lograr dar respuestas persuasivas,
precisamente por los errores que arrastra la administración de Enrique Peña
Nieto, así pasó en el bloque de política exterior, y es que, ante el
planteamiento de la visita de Donald Trump a México, ¿cómo puede defender Meade
la tan desaprobada visita de Donald Trump, ante la invitación que realizó
innecesariamente Peña Nieto, tratándolo como jefe de Estado, cuando estaba en
plena campaña? En ese entonces, Meade era Secretario de Desarrollo Social, no
obstante pese a tal desaprobación que hubo, Meade afirmó que se trató de un
acierto. Y en el debate, lo sostuvo. En contraste en ese mismo tema, Ricardo
Anaya, expresó que, fue una completa humillación al pueblo de México, que en
política no existen errores, se comete un error, y lo demás son consecuencias.
José Antonio Meade, también destacó por apuntalar la polémica
candidatura de Nestora Salgado, durante el debate en el tema de seguridad
fronteriza, que Meade asoció con el tema de la impunidad, señaló que la
Excomandante Comunitaria, a quien tuvieron que dejarla en libertad por fallas
en el proceso y no porque no se le haya podido comprobar el delito como
secuestradora, hoy gracias a López Obrador goza de la posibilidad de
convertirse en Senadora de la Coalición Juntos Haremos Historia, por la vía
plurinominal. Desde luego, es complicado digerir el discurso de la impunidad en
voz de quien encabeza el partido político cuyo gobierno es señalado por asuntos
graves de corrupción y me refiero a José Antonio Meade. Pero hay que reconocer
que, en el debate, éste fue un momento crítico cuando saca a la palestra un
tema que le cala a Andrés Manuel, porque no es fácil, defender a quien arrastra
públicamente tanta polémica y encima premiarle con una Senaduría.
Andrés Manuel durante el debate destacó la importancia de
fortalecer la política interior, rescatar el campo mexicano, en el tema se
salarios indicó que se necesitaba doblar el salario. Cuando se tocó el tema de
la producción nacional y cómo protegerla, los moderadores del debate
cuestionaron a los candidatos, para que se pronuncien por economías abiertas o
economías cerradas. En este bloque, se generó una importante discusión y
controversia que quiero destacar. Si bien es cierto, Andrés Manuel López
Obrador refirió la cifra de 37 mil millones de dólares, como record histórico
de su administración cuando fue Jefe de Gobierno en materia de inversión
extranjera, desde luego, no sin antes, referirse a Ricardo Anaya como un
Mentiroso y Farsante. Por otra parte, en su derecho de réplica, Ricardo Anaya,
le refiere, que, esos 37 mil millones de dólares de los que habla López Obrador
es un numerito tramposo, puesto que en esa estadística se incluyen los datos de
la venta en el 2001 del banco BANAMEX y en el 2004, del banco BANCOMER, además
de aclararle, que el tema a tratarse era la inversión que genera empleos, y que
durante su administración la tasa de desempleo aumentó en un 63 %. Cierto es
que, Andrés Manuel, tunde a Ricardo Anaya con la portada de la revista Proceso,
con el tema del supuesto enriquecimiento ilícito, en esa línea, Anaya sin
tiempos, pero visible ante la cámara saca otra portada de Proceso, en la que se
evidencia pero ahora a López Obrador. Por cierto, portada que hoy se le critica
a Ricardo Anaya, ya que se expone la manipulación en el encabezado donde sale
otra nota donde se le involucra. En este formato del debate, la administración
del banco de tiempos que hizo cada candidato jugó un papel fundamental, toda
vez que, quien mejor usó este recurso fue el candidato Ricardo Anaya.
Mientras tanto, el candidato independiente, El Bronco,
expresaba y ponía de manifiesto su total diversión ante el evidente pleito o
discusión entre Ricardo Anaya y López Obrador, Jaime Rodríguez, puntualizó
durante distintos momentos del debate algunos puntos importantes, en cuanto a
salarios expresó la necesidad de no quedarnos en solo 100 pesos y luego
elevarlo paulatinamente en 4 años, como lo señaló Anaya. El Bronco, habló de
subir el salario a 335 pesos y eliminar completamente el asistencialismo. En
política exterior, destacó la propuesta de recuperar BANAMEX y destetarnos de
los americanos, textualmente así dicho. Lo del banco deja más preguntas que
respuestas, parecía más una ocurrencia que una propuesta seria. Hubo un momento
también, en el que El Bronco, como se le conoce, le refutaba a Andrés Manuel,
que no necesariamente la experiencia se medía en años.
Así las cosas en este segundo debate, donde se destacaron más
los incidentes cirqueros, que los temas de fondo, quedaron en evidencia desde
luego, las habilidades histriónicas de todos, sin excepción alguna, aunque con
discursos muy distintos entre sí, desde aquel que mejor le hace al cuento hasta
aquel que tarda más en articular frases; de manifiesto también, que quien se
enoja pierde; que con la falta de argumentos era predecible la agresión y la
ofensa; el discurso populista, demagogo y vago en frases, clásicas y
anquilosadas, esas de siempre, donde prevalecen “las mafias del poder”, que en
realidad no nos dejan nada más que solo apelar a las emociones ante la
desgracia de gobiernos corruptos.
EL debate estuvo marcadamente centrado en dos personajes, y
son Ricardo Anaya de la coalición Por México al Frente y por un Andrés Manuel
López Obrador, de la coalición Juntos Haremos Historia. El caso de José Antonio
Meade, aunque defendió bien sus propuestas, hay una ventana cerrada que le
cancela cualquier posibilidad de un repunte en las encuestas, llamada PRI,
partido en gobierno que hoy tiene la mayor desaprobación en la historia de
nuestro país.
Finalmente, podemos decir que en este debate ganamos, las y
los mexicanos, quienes tuvimos la oportunidad de ver sin maquillajes y filtros
a los candidatos que estarán en la boleta este primero de julio.
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