miércoles, 31 de enero de 2018

¿Y LA DIRIGENCIA DEL PRI?


Por Azucena Meza

Independientemente de los resultados de cualquier negociación, el liderazgo se hace valer, en la naturalidad de los actos y la pertinencia de los tiempos. Se tuvo un proceso interno muy desgastante al interior del Revolucionario Institucional durante el 2017, para la elección de los representantes de los sectores y organizaciones, y de las dirigencias municipales, así como la gran joya de la corona, según se decía en aquellos recientes tiempos, es decir, la añorada dirigencia estatal.


Dió la sorpresa finalmente que ésta fuese conseguida por la CROC, y con ello, colocar a la actual dirigente estatal GABRIELA CISNEROS, compartiendo con el joven ANDRÉS LICEAGA, joven quien es filial del actual SENADOR RICARDO BARROSO, (también de la estirpe del gobernador AGRAMONT), si, así al estilo de las CLASES POLÍTICAS QUE LES GUSTA MANTENERSE EN EL PRI, dicha negociación tomó por sorpresa a más de uno, pero también levantó las expectativas por lo que representaría el que la CROC y su maquinaria de poder es, cuya necesidad imperante para el PRI era inyectarle recursos de toda índole.

Por cierto, la euforia para la construcción del famoso y anunciado edificio del PRI, con todo esto del registro de las pre-candidaturas y toda la efervescencia que ello representa, más los descalabros entre unos y otros, por aquello de los que quedaron rezagados, seguramente estará algo detenida, pues cada aspirante andará demasiado enrolado en sus comarcas electorales.

Lo cierto es que, después de esa intensa dinámica de poder por la que pasó el PRI, y seguido de las decenas de actos protocolares de tomas de protestas, que dicho sea de paso, en esos eventos no hubo posturas que trascendieran a la fecha, más allá de los escritorios de una administración bajo una lupa que solo miraba a su interior, perdiendo de vista, su función como partido político, fuera de las paredes del partido, como un partido empoderado por las problemáticas sociales y ciudadanas del Estado, y hoy, que el gran momento llegó, el más esperado para un partido político, su razón de ser como institución, la hora de la verdad, de la competencia electoral, quedó varada, esa Dirigencia Estatal que, cuyo gran acto de toma de protesta, AQUEL PROTOCOLO DE IMPACTO CON OLOR A SATÍN, hoy en los terrenos de la verdad, del ejercicio democrático cúspide, se está ausente, generando serios vacíos mediáticos, posicionando más un discurso cuya parte medular es la interrogante de la ausente. Vacíos que le cobrarán factura al partido, pues el gran arranque, el gran registro, estuvo cimbrado por la falta de dirigencia.

Cuando el interés particular no perdona y trasciende y merma al interés colectivo, la esencia de la política se corrompe, se desnaturaliza y se desfigura el liderazgo que pudo alcanzar otras latitudes, eso mismo, está pasándole a GABRIELA CISNEROS, aquí debió mostrar sus tablas como política. Sin embargo, debe ser difícil volar cuando las alas tienen dueño.

No obstante, en en estos recientes días para los PRIISTAS, en los actos de registro de las candidaturas para quienes aspiran ser gobierno, la dirigencia estatal debió mostrar de qué está hecha, sus tablas políticas, y como dirigente de partido, aquí es cuando debieron emanar los discursos de consolidación y encuentro con la sociedad. Quienes quieren ganar, se muestran ganadores, quienes quieren perder, se asumirán perdedores. La actitud del líder sin duda o motiva a su gente, o desmorona a su colectivo, y jamás abandona la nave, menos si tu eres quien maniobra el timón.

Pareciera que no logran entender en el PRI:

CUÁL ES LA FUNCIÓN DE UN PARTIDO POLÍTICO,

CUÁL ES SU FUNCIÓN DENTRO DE LA DEMOCRACIA, CUÁL ES SU FUNCIÓN FRENTE A LA CIUDADANÍA,

CUÁL ES SU FUNCIÓN FRENTE AL GOBIERNO,

CUÁL ES SU FUNCIÓN COMO PARTIDO DE OPOSICIÓN.

Queda claro que callados no lograrán nada.

La ausencia de la Presidenta Estatal del PRI, GABRIELA CISNEROS, es altamente revelador, en dos sentidos, en primera instancia, como figura política está dando muestras que no da el perfil para maniobrar entre los lobos, que no le alcanza el temple para hacer valer la responsabilidad que tiene de dirigir a su Partido, que sin su presencia, solo logra cobijar el discurso de la derrota.

Y en un segundo sentido, es claro que el SENADOR ISAÍAS GONZÁLEZ CUEVAS, deliberadamente fue creando y elevando los bonos de la carta de GABRIELA CISNEROS, para sus futuras negociaciones, le era necesario crear fichas de cambio, figuras que le representaran un valor agregado a las negociaciones electorales, para que a la hora de la hora, le alcance el subir así a su HIJO ISAÍAS GONZÁLEZ NAVA.

Desde que la impulsó como candidata a Diputada Federal, dirigente de las mujeres de la CROC, y esa alianza medio rara en principio con las mujeres del grupo de Esthela, meramente circunstancial y de conveniencias, lo cierto es que, GABRIELA CISNEROS fue pieza clave para el SENADOR, en efecto, pero para lograr que se subieran sus bonos, ahora le alcanzó para la Dirigencia Estatal del PRI, no obstante, el momento estratégico llegó, el de las candidaturas, y nuevamente se contempló a GABRIELA CISNEROS en un inicio en fórmula con VALDIVIA, sin embargo, como ya lo esperaba el propio SENADOR, postular tanto a GABRIELA como al ISAIAS HIJO simultáneamente, sería insostenible, o es ella o su HIJO NAVA. Claramente aquí llega la función por la cual, el SENADOR creo esos bonos de GABRIELA con tiempo, finalmente para convertirla en una carta de cambio.

Me queda claro como han utilizado a GABRIELA CISNEROS. La han impulsado pero también, le ha faltado tomar su propio impulso, para hacer valer sus propias decisiones, y no como mucho dejo a ver, que ANTONIO ORTEGA, es quien finalmente hacia las maniobras políticas y hace, al interior de la dirigencia del PRI, con la inspección ocular de ISAÍAS GONZALEZ NAVA hijo.

En esa practicidad política, de vieja guardia, se enrola en éstos momentos el PRI. Creo que por ésta situación GABRIELA NO HA HECHO PRESENCIA, quizás ya se dió cuenta cómo se ha ido trabajando su trayectoria y para qué.

La ausencia de la presidenta en los procesos de registro, solo reflejó un acto de suma inmadurez política y poco alcance de miras.


Es evidente que el cargo le ha quedado grande. El líder no abandona y crece en las circunstancias incluso cuando la coyuntura no le favorece.

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