Luis M. Dibene Geraldo

• Y sobre los padres, el padre, en su día que ya viene, ¿qué
hay que decir, reflexionar y comentar?; ya veremos qué…
Ya ven, selectos lectores, que en estas semanas y en función
del “día de la libertad de expresión” he estado escribiendo temas correlativos
al periodismo y a la política y los políticos-por su estrecha y necesaria
correlación entre estos poderes, los oficiales, y “el 4º. Poder”-sin embargo
“me quedó en el tintero” un tema que se ha venido comentando entre nosotros
dentro del gremio periodístico que es más bien de autocrítica o sea hacia
nosotros mismos, y no es precisamente lo clásico o usual de que: nos falta
unidad, solidaridad, de interapoyarnos, etc. sino de esa parte conductual-de
conducta, de demostración- en el sentido de que: cómo es posible que nosotros
que tanto hemos criticado, señalado, a ese tipo de funcionarios, tanto
legislativos como gubernamentales, que por un lado cuando les conviene (como en
sus campañas o ciertos eventos sociales por ejemplo) son sencillos, accesibles,
amables, dadivosos, etc. y después ya en funciones muestran “el oro”, sí, el
suyo, que más bien es el cobre, cuando se conducen con soberbia, petulantes,
prepotentes, “de puerta cerrada”, “muy muy sacalepuntas”, en fin…pero hete ahí
que resulta también que por acá nos encontramos con cierto tipo de periodistas
(por eso dije autocrítica) con verdaderas y exhibidas ínfulas de grandeza, si
no precisamente de soberbia sí de prepotencia (que no es lo mismo), de creerse
los “non plus ultra”, que inclusive no sólo lo demuestran con sus mismos
colegas con sus actitudes y posturitas, sino que lo escriben en las redes sobre
su “poder” de relaciones e influencia con ciertos personajes de la política, de
la empresa y hasta con Dios…
El caso y asunto es que cuando ellos mismos son maltratados
por quien corresponda ahí sí invocan a la unión para “nuestro 4º. poder” y
vuelven a ser esos periodistas solidarios, colegas en el “perro no come perro”
y “unidad para enfrentar”. Órale. ¿Me expliqué?; bueno, pues hasta aquí
entonces.
Digo.
* Y SOBRE EL DÍA DEL
PADRE, EL PADRE BUENO Y…EL PADRE MALO, MERECIMIENTOS…
Este tema del “Día del padre” a veces se me hace
controvertido porque digo que así como universalmente el Día de la madre, el
del niño, sobre todo, por la sublimidad que estos dos seres humanos
extraordinarios tienen y generan toda la aceptación para reconocerlos
merecidamente, de festejarles y conmemorarles, de amarlos; la madre, de
cualquier raza, condición social, edad, nacionalidad, etc. no tiene contras o
negaciones, así estén en la cárcel, enfermas, fallidas, limitadas, preparadas o
no, etc., siempre serán reconocidas “aquí y en China” (en diferentes fechas por
cierto); igual los niños/as, siempre, en cualquier circunstancia, de pobreza,
de la calle, de riqueza, de inteligencia o no, siempre serán loa ángeles que
hay que cuidar, querer, proteger y ayudar, y por supuesto en su día, y siempre
festejar, reconocer, valorar, en fin…
Sin embargo, por ejemplo, los maestros, los médicos, los ingenieros,
y otros profesionistas y de oficios; pero, empero, aquí hay que hacer un
apartado, ¿los malos maestros también hay que reconocerlos y festejarlos?,
mmm…así también diría ¿y los malos médicos, negligentes, irresponsables, ¿qué?;
ingenieros, estudiantes, etc. etc., y así entonces ¿a los padres malos qué?,
también hay que festejarlos y reconocerlos? (los menciono ahora por lo del “Día
del padre”), digo, porque aquí sí hay bastante “tela de donde cortar” pues vaya
que así como hay padres buenos-no sólo referente a bondadosos- sino a
responsables, de querencia y defensa familiar, protectores, orientadores, etc.
los hay también malos, abusivos, prepotentes, soberbios, golpeadores, injustos
y hasta pervertidos, que no solamente abusan de la madre sino que hasta de sus
hijos/as…como la siguiente historia real.
* ESTA HISTORIA ES
REAL, ES EL CASO DE UN MAL PADRE DE AQUÍ, DE LA PAZ, CIUDAD.
Se trata de que hace unos días estando en el Mercado Bravo en
una juguería pasó por ahí una pareja, ella, con un niño en los brazos y él a su
lado en un puesto de tacos, y le digo a la doña que me atendía: Mire a
propósito del día del padre que viene ahí va un joven padre amoroso con su
familia, pero no siempre es así porque también hay padres malos oiga; y me
dice: Es cierto profe, nosotros lo acabamos de vivir, le platico. Hace un par
de años llego de vecina una joven madre y su hijito muy buena y amable, nos
contó que era viuda reciente (creo que mataron al marido) y decidió venirse de
Durango a buscar futuro aquí a La Paz con una amiga; tuvo suerte pues halló
trabajo pero también mala suerte porque la cortejaba un hombre que ya sabíamos
que era mañoso y perverso con las mujeres, y la aconsejamos que no le hiciera
caso, y así lo hizo, lo evitaba, pero en una de esas cayó y se hicieron pareja,
le prometió ser buen padrastro con su niño, etc., el caso es que cuando la
embarazó, a la mitad la abandonó burlándose por pentonta a esa madre. Ella
sufrió mucho, no tanto por él sino por el otro hijo que venía y por su
situación; el hombre huyó, la vino a ver su mamá de Durango y se quedó un
tiempo; nació la niña, el tipo no volvió ni así.
Un día la señito hija le dice a la abuela que le cuidara sus
niños, que al rato volvía; nunca volvió pues la encontraron colgada, ella se
había ahorcado; ¿y el padre, el malvado padre?, este se apareció cuando la
abuela quiso llevarse a su tierra a sus nietecita/o, pero para reclamar “a su
hija” y con un abogado logró quitársela a la abuela en medio del llanto e
impotencia. ¿Día del padre?. Órale.
Por eso va este acróstico que hice en 2007 para un “Día del
padre”.
ACRÓSTICO. Al buen
padre. (Día del padre, del papá)
D ía del padre, del papá, pero del buen padre, no del malo,
del injusto…/ I remos contigo hasta donde estés, en el espacio terrenal o en el
espiritual/ A ti padre padre, padre abuelo, padre hijo, padre hermano, padre
esposo/ D ando siempre a tus hijos lo que puedes, lo que eres, el apoyo y el
amor…
E l respeto y comprensión, la amistad y formación, protección
y conducción/ L os padres buenos y generosos, los que ven en sus hijos su razón
de ser./ P ara ellos, sólo para estos padres es este pensamiento, este
acróstico/ A unque tengan sus errores y fallas, sus debilidades, su impotencia
para dar más/ D e todos modos serán grandes, dignos, ante los ojos de sus
querencias/ R ecuerdos imborrables para ellos surgirán en sus ausencias breves
o eternas/ E n la tristeza o en la alegría, en los problemas o en las
soluciones/ D onde estés papá, en el entorno familiar o en el entorno de la
gloria de Dios./ E s por eso que la figura paternal nunca la pierdas aunque
haya altibajos en tu vida. L as vidas que generaste con esa otra figura
maternal son tu misma vida…
P or eso ahora en tu día, en este tercer domingo de junio, te
celebramos, padre
A ti que supiste ganarte el cariño, respeto y valoración de
los tuyos
P ara ti también mamá soltera que eres padre y madre al mismo
tiempo
A legrémonos pues con la bendición del…”Padre nuestro que
estás en el cielo…
(Luis Manuel Dibene Geraldo. La Paz, B.C.S., 17 de junio del
2007)
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