EL CONONO
Por: Eliseo Santana A.
Su nombre completo,
PABLO JUÁREZ ANTUNA, siempre fue muy activo e inquieto, el problema que
padecía era de labio leporino y paladar hendido, esa era la razón por lo que
hablaba gangoso, muchas personas pensaban que tenía algún trastorno mental, se
equivocaban, El Conono era más listo e inteligente que muchos de los que se
consideraban “normales”, solo que en ese tiempo (cuando niño) la ignorancia, el rechazo a lo diferente lo
segregaron, Pablo tomó las cosas como venían y a su manera se integró y vivió
una vida de aventuras, vagancia, viajes, convivencia, a donde llegaba hacía
amigos, comía gratis, dormía donde sea, viajaba sin pagar y sin parar, hacía
todo tipo de trabajos para ganarse unos pesos, te lo podías encontrar en alta
mar con los pecadores de San Carlos, acompañando a algún federal de caminos en
su patrulla (y con la gorra del federal puesta), en el monte “ayudando” a los
muchachos de la CFE a tender las líneas de energía eléctrica, en la madrugada,
en el aeropuerto del valle auxiliando a cargar las avionetas con fumigante, en
un tráiler de carga, en una pipa con combustible, viajando de rait, en
cualquier rancho amarrando un becerro ayudando a los rancheros a marcar reses
(con sombrero puesto), lavando carros, haciendo mandados, vendiendo periódico,
boxeando o luchando en un rin, gorreando cervezas en una cantina, pintando la
fachada de alguna casa, cargando las bolsas del mandado de alguna señora,
despachando gasolina , podando árboles, recortando el pasto en algún jardín,
Pablo, “El Conono” era multifacético y muy simpático, le caía bien a todos, un
mil usos en eso del trabajo, un andariego, un aventurero.
Sus frases más “celebres”:
ovemmos alomilla (NOS VEMOS PALOMILLA), cuando se
despedía.
Estrame un eso anito (préstame un peso manito)
E lo uro or iosito (te lo juro por diosito)
E que iene alor e dicen (el que tiene calor le dicen), En verano El Conono no usaba camisa
E connojiste olo
japatos (Me
conociste por los zapatos)
El origen de esta frase según comentan, fue que en un
carnaval El Conono consiguió una sábana vieja en casa de su mama y como pudo se
confeccionó un disfraz de mascarita, contento y riéndose para sí mismo se
dirigió al malecón, pensaba en las travesuras y bromas que podría hacer, “sin
que lo identificaran”, se unió a la comparsa donde muchos, disfrazados de los
mismo (mascaritas) encabezaban el desfile bailando, brincando, “asustando
niños”, todo marchaba bien, más de repente, por entre los hoyos de su capucha
El Conono vio a un amigo que entre la multitud disfrutaba del desfile, de
inmediato sus ojos se iluminaron y sin pensarlo dos veces se dirigió a él y le
dijo la frase clásica que las mascaritas dicen en esas ocasiones, pero con su
voz gangosa:
¿E onnojes ascarita? (¿Me conoces mascarita?),
¡CONONO!, le dijo su amigo.
El Conono decepcionado por no lograr engañarlo le dijo:
Ji abron, e connojiste
olo japatos (Si
cabrón, me conociste por los zapatos)
Cabe aclarar que El Conono aparte de su voz gangosa, nunca
usaba zapatos, así que aun “disfrazado de mascarita” era casi imposible no
reconocerlo.
Era conocido en todo el estado y más allá, amigos de Ensenada
BC lo recuerdan, El Conono sin buscarlo, se ganó el aprecio y al cariño de la
gente.
Muchas de sus anécdotas y chistes son verdad, otros son inventados,
adjudicados a él, pero como sea, se ganó un lugar en el corazón y la memoria colectiva sudcaliforniana.
La segunda anécdota que compartiré con ustedes del Conono
será:
EL CONONO Y LAS
CIRUELAS
Despreocupadamente estaba El Conono encaramado en un árbol,
un amigo que pasaba por el lugar le llamo la atención su actuar, se detiene y
le pregunta:
CONONOOO (le grita),
¿Qué jodidos haces trepado en éste guayabo?
Sin prestarle mucha atención, le contesta.
Aquí loco, omiendo iruelas
Como serás menso Conono,
si el árbol es un guayabo
Él Conono le contesta:
SI, ero las iruelas las traigo en una bolsita, ¡¡ENDÉJO!!.
Posteriormente competiré otras anécdotas y un rock que
compusieron en su honor, “Conono Man”.
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