lunes, 17 de octubre de 2016

EL CONONO Y EL HOYOTE



Eliseo Santana A.

Continuamos como les prometí con otra anécdota del Conono y les comparto el enlace de  You Tube donde podrán escuchar el Rock del Conono, su autor, Carlos Rene Juarez Badouin.

Disco. Sudcalifornia Canta.


Resulta, que como todos ya saben el Conono era un “vago” de corazón le gustaba andar de arriba abajo viajando por el  estado.

 Llegaba a alguna gasolinera y si veía algún conocido le preguntaba:

¿ha onde as ato? (¿A dónde vas bato?) algunos conociéndolo, le inventaban un destino lejano para disuadirlo de acompañarlo, pero fuera cual fuere la respuesta, el Conono siempre les respondía:

ha abron, ho también, (a cabron, yo también) y era imposible evitar que se auto invitara en el viaje.

En donde estaba “aclientado”  era con los camioncitos de La Perla de La Paz, estos camioncitos marca INTERNATIONAL de seis cilindros y de 3 toneladas de capacidad (a veces cargaban hasta cinco) viajaban por el estado distribuyendo las mercancía de La Casa Ruffo, que los clientes de mayoreo solicitaban, a los choferes les encantaba que el Conono los acompañara, porque además de que no se aburrían en sus largos viajes (los camiones eran muy fuertes, pero lentos) por las ocurrencias del Conono, también les echaba la mano en la descarga de la mercadería, cosa que sin el tendrían que hacerlo ellos solos.

En uno de esos viajes, regresaban de La Toba (Cd. Insurgentes) ya había obscurecido y las luces del camioncito apenas alumbraban el camino, el chofer cansado por la larga jornada no prestaba toda su atención al camino, no así el Conono que venía con los ojos pelones, vigilando el camino.

De repente Pablo, el Conono grita… ¡¡¡HOYOTE!!!, el chofer prácticamente se para sobre el pedal del freno, todas las llantas del camioncito se “amarran” , humo y olor a llanta quemada invaden la cabina, el vehículo había quedado medio atravesado en la carretera, despabilado ya el chofer y con el corazón latiéndole aun fuerte  busca el agujero, el socavón,  el hoyo que el Conono vio “tan oportunamente”, no lo ve, entonces pregunta al Conono donde está, este le responde:

hen el onte (En el monte)

¿Cómo que en el monte? dijiste que había un hoyote,

Hi, un hoyote, de ejos que arecen erros y ajen ¡¡¡AUUUU!!!… ENDEJO   (Si, un coyote, de esos que parecen perros y hacen ¡¡¡AUUUU!!!… PENDEJO)

Todavía el chofer, salió regañado.











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