jueves, 19 de mayo de 2016

LA MOTO, DIJO EL PADRE LUIS



(Segunda parte)

Por: Eliseo Santana A.

El padre Luis, (Luis Ruggera) fue un misionero de la orden de Los Combonianos, que por azares del destino vino a servir a BCS, Los Combonianos, es una agrupación religiosa fundada por Daniel Comboni cuyo objetivo principal era evangelizar África, pero, los sucesos de la época, lo trajeron a nuestra tierra.

Después de muchos años, el padre Luis y sus compañeros religiosos se habían adaptado y fueron “adoptados” por los sudcalifornianos, en estas “extrañas” tierras (para ellos) la gente los apreciaba por sus labores a favor de los más necesitados.

Aunque… existían rumores, decires, de que al menos el padre Luis no era del todo… “Un santo”, que como cualquier hombre, tenía sus debilidades y de una de estas, aparece esta anécdota.

Quiero aclarar que de esta anécdota existen varias versiones, he escuchado varias, la que les voy a relatar es más o menos la más común y no necesariamente es verdad.

Era domingo, amanecía en aquella tibia mañana de verano, las campanas ya habían llamado a misa y el padre Luis, raro en él,  continuaba dormido, roncando estrepitosamente, fue el sacristán quien tuvo que sacudirlo para que despabilarlo, aturdido, el padre se despertó y preguntó en dónde estaba, miro el techo, al piso, y después de un rato tomó más o menos conciencia, pero… algo le preocupaba, se le notaba en el rostro, se asomó por la ventana de su cuarto, frunció el ceño, su preciada motocicleta… NO ESTABA, y desafortunadamente no se acordaba que había pasado con ella, preocupado y con este pendiente, apresurado se vistió con sotana, casulla y su estola para ir a dar misa.

Los feligreses ya se encontraban en las bancas, las señoras y niñas con pañoletas y mantellinas que cubrían sus cabezas, la misa  inició normalmente, al llegar el momento donde tomaba el vino del cáliz, el padre dio unos enormes trago, todos escucharon el glu, glu, glu, y vieron su nuez de Adán bajar y subir, mas no le importó, el fresco derivado de la vid, le supo a gloria, ¡¡haaaaa!! Exclamó el padre.

Momentos más tarde, cuando daba un inspirado sermón, una de las beatas de la iglesia le hizo una seña al sacerdote para recordara algo que le habían comentado las señoras hacia unos días y que deseaban que se tocara  en el sermón, el asintió con la cabeza en señal de que había entendido, y planteó así la cuestión con su característico acento italiano (Como el de topogigio):

Hermanos, No, no es buueeno, que los seniores gasten lo poco de salario que reciben, que con mucho esfuerzo obtienen en sus labores cotidianas, en emborracharse, en jugar a las cartas, seniores, tienen cosas más importantes que atender en sus hogares, alimento, ropa para sus hijos y sus esposas, esoo, está primero, y menos,  deben gastar en ir a esos lugares del pecado a visitar a esas mujeres “malas” que… Se puso pensativo el padre y exclamo en voz alta, ¡¡¡LA MOTO!!!,  se había acordado donde había dejado su vehículo la noche anterior.

Esa es la “historia” que me contaron del origen de la frase “LA MOTO, DIJO EL PADRE LUIS”, podría ser verdad  o ficción, podría ser exacta o modificada, pero así es como yo la escuché.


1 comentario:

  1. Yo eh escuchado una donde tambien hace referencia en el sermon sobre esos hombres que seponen en la sombra de los arboles descanando y tomando una cerveza helaaaaaadaaaaa. XD

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