martes, 26 de enero de 2016

EL CRISTO DEL CARACOL.



Por: Eliseo Santana A.

Así lo conocemos la mayoría, aunque inicialmente se llamó Jesús del caracol, la verdad es que no se su nombre “oficial”.

Fue elaborado por la artista María Eugenia Sánchez Cuevas y en 1995 fue hundido en Balandra, el barco que participo en su instalación fue El Antares, buque utilizado principalmente para la señalización marítima.

Elsa, mis hijos y yo seguimos al navío en nuestro bote, un Ski Boats de 22 pies (ELSA III) desde que partió del muelle fiscal; El Antares iba adornado con fastuosas banderas de colores, al llegar a Balandra las embarcaciones que lo seguíamos lo rodeamos y esperamos pacientemente la maniobra que pondría en el fondo marino, al “Cristo”.

Inicialmente la maniobra, no salió muy bien, la escultura fue izada de la cubierta del barco lo suficiente para que librara la borda, escuchamos el esfuerzo que el winche realizaba, después la pluma de la grúa giro dejando al cristo oscilando sobre las aguas, demasiado separado del barco opino yo, tanto que su peso hizo que el Antares escorara un “poco “a babor, los que estaban a bordo deben de haber sentido mariposas en el estómago, rápidamente la maniobra fue corregida y optaron por sumergirlo, rozando casi el casco, para que no hiciera palanca y los inclinara en forma excesiva, un equipo de buzos esperaba en el agua para dirigir la inmersión , fue cerca de la piedra ahogada donde lo sumergieron esa fue mi referencia para ubicar el lugar, la conocía bien pues esa saliente con marea alta era peligrosa , no se veía y debía ya muchas propelas, espejos y patas de motores de embarcaciones de pescadores de fin de semana que ignoraban su existencia.

Tiempo después me entere de que El Cristo había sido sacado del mar, nunca supe la versión oficial del porqué, yo supongo que fue que se equivocaron de lugar, no pudieron haber escogido peor punto.

Balandra es una pequeña ensenada con playas espectaculares, con hermosos fondos marinos, para todos los gustos y conocimientos “natatorios” puedes caminar cientos de metro con el agua trasparente a la rodilla, hay canales, fosas profundas para expertos, zonas de arena blanca y brillante y en la zona rocosas se encuentra el hábitat de numerosas especies marinas.

Pero no, escogieron el peor lugar, demasiado profundo, turbio y con fuertes corrientes marinas, prácticamente donde termina la ensenada y se juntan las aguas calmas y tibias de la bahía, con las frías de la zona “abierta”, resultado, ese lugar casi siempre es “inestable”, obscuro, bueno para pescar mas no así para bucear.
Meses después visite el sitio donde El Cristo había sido sumergido y aun habiendo sido testigo de su inmersión, tuve dificultades para encontrarlo, demasiado profundo, aguas turbias, frías y fuertes corrientes.

Alguien que buceara solo con snorkel y fuera un aficionado le sería difícil, para los que bajaban con equipo se decepcionarían pues la visibilidad en el lugar era casi siempre nula.

Reintente la visita en otras ocasiones, esperando encontrar mejores condiciones, pero siempre obtuve el mismo resultado.

Finalmente, El Cristo quedo en nuestro malecón, pero.


Espero que algún día pueda regresar al mar, y cumplir su destino.










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