Por: Eliseo Santana A.
Así lo conocemos la mayoría,
aunque inicialmente se llamó Jesús del caracol, la verdad es que no se su
nombre “oficial”.
Fue elaborado por la artista María Eugenia Sánchez Cuevas y en 1995
fue hundido en Balandra, el barco que participo en su instalación fue El Antares, buque utilizado
principalmente para la señalización marítima.
Elsa, mis hijos y yo seguimos al
navío en nuestro bote, un Ski Boats de 22 pies (ELSA III) desde que partió del muelle fiscal; El Antares iba
adornado con fastuosas banderas de colores, al llegar a Balandra las
embarcaciones que lo seguíamos lo rodeamos y esperamos pacientemente la
maniobra que pondría en el fondo marino, al “Cristo”.
Inicialmente la maniobra, no
salió muy bien, la escultura fue izada de la cubierta del barco lo suficiente
para que librara la borda, escuchamos el esfuerzo que el winche realizaba,
después la pluma de la grúa giro dejando al cristo oscilando sobre las aguas,
demasiado separado del barco opino yo, tanto que su peso hizo que el Antares
escorara un “poco “a babor, los que estaban a bordo deben de haber sentido
mariposas en el estómago, rápidamente la maniobra fue corregida y optaron por
sumergirlo, rozando casi el casco, para que no hiciera palanca y los inclinara
en forma excesiva, un equipo de buzos esperaba en el agua para dirigir la
inmersión , fue cerca de la piedra ahogada donde lo sumergieron esa fue mi
referencia para ubicar el lugar, la conocía bien pues esa saliente con marea
alta era peligrosa , no se veía y debía ya muchas propelas, espejos y patas de
motores de embarcaciones de pescadores de fin de semana que ignoraban su
existencia.
Tiempo después me entere de que
El Cristo había sido sacado del mar, nunca supe la versión oficial del porqué,
yo supongo que fue que se equivocaron de lugar, no pudieron haber escogido peor
punto.
Balandra es una pequeña ensenada
con playas espectaculares, con hermosos fondos marinos, para todos los gustos y
conocimientos “natatorios” puedes caminar cientos de metro con el agua
trasparente a la rodilla, hay canales, fosas profundas para expertos, zonas de
arena blanca y brillante y en la zona rocosas se encuentra el hábitat de
numerosas especies marinas.
Pero no, escogieron el peor
lugar, demasiado profundo, turbio y con fuertes corrientes marinas,
prácticamente donde termina la ensenada y se juntan las aguas calmas y tibias
de la bahía, con las frías de la zona “abierta”, resultado, ese lugar casi
siempre es “inestable”, obscuro, bueno para pescar mas no así para bucear.
Meses después visite el sitio
donde El Cristo había sido sumergido y aun habiendo sido testigo de su
inmersión, tuve dificultades para encontrarlo, demasiado profundo, aguas
turbias, frías y fuertes corrientes.
Alguien que buceara solo con
snorkel y fuera un aficionado le sería difícil, para los que bajaban con equipo
se decepcionarían pues la visibilidad en el lugar era casi siempre nula.
Reintente la visita en otras
ocasiones, esperando encontrar mejores condiciones, pero siempre obtuve el
mismo resultado.
Finalmente, El Cristo quedo en
nuestro malecón, pero.
Espero que algún día pueda
regresar al mar, y cumplir su destino.
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