miércoles, 4 de noviembre de 2015

BAHÍA TORTUGAS (2)



Recuerdos, anécdotas, vivencias  personales y otras no tanto nos comparte Filemon Lepe Fischer‎ de su pueblo Bahía Tortugas BCS en una serie de relatos.
Nostálgicas remembranzas, evocaciones contadas de manera sencilla, coloquial,  nos describe cómo fue su niñez y la de muchos en ese pueblo de pescadores tan lejanos entonces y aun hoy.
Hoy les comparto la segunda de nueve (9) partes
Espero les guste.
BAHÍA TORTUGAS (2)
Por: Filemón Lepe Fischer

BAHIA TORTUGAS
PARTE 2
En mi querido Pueblo, nunca supe si fui pobre, no lo supe porque nunca sufrí hambre, en nuestra casa nunca faltaba que comer y cuando mi padre viajaba a Ensenada BC a cobrar el producto de su trabajo y se ausentaba por más de 15 días que se los pasaba en plena parranda, tampoco teníamos hambre, mi madre era una excepcional mujer, muy trabajadora, y que contaba con grandes atributos para realizar muchas actividades, mujer esforzada, luchadora , cosía ropa ajena, vendía helados, experta en la cocina , así que siempre nos tenía bien protegidos y si por alguna circunstancia faltaba que comer, con una cuerda para pescar me iba al muelle, por el lado izquierdo y fácilmente atrapaba un bocadulce, ( aunque la gente nos decía que esos peces no los comiéramos porque se alimentaban de mierda , pero no era así, esos peces, se alimentaban de la filtrafa del abulón.
El alimento nunca faltaba, si no teníamos que comer, Don Roberto Carrillo, el mayordomo de la empacadora, un gran hombre y nuestro vecino , nos llevaba a la planta y nos regalaba una bolsa de abulón fileteado, en aquellos tiempos, comer abulón era cosa común y corriente, hoy es un platillo para los dioses
O en la playa , temprano cuando regresaban de revisar las trampas de la langosta y llegaban con una buena cantidad, Don Pepe Arce, un buen Hombre y que tenía mucho afecto por nosotros, nos regalaba 4 o 5 langostas enteras, era una humilde comida , pero nos quitaba el hambre o cuando pasaba por el frente de nuestra casa Don Epifanio Espinoza, cargado de pescado, siempre nos ofrecía , ya fuera una cabrilla, un filete de mero, o un lenguado, nadie te dejaba solo, siempre todos Paisanos de gran corazón te tendían la mano .

En cualquier casa, en cualquier barrio el olor a caguama llegaba a todo el pueblo y nos hacíamos presentes y nos poníamos una buena hartada que hasta los azotillos nos comíamos, yo creo que los azotillos eran exclusivos para los niños porque todos los queríamos, terminábamos de comer y quedábamos muy apestosos, así durábamos varios días, pero no importaba, éramos, muy felices.

Nunca pasábamos hambre, porque en cualquier casa nos ofrecían ya fuera una empanada de queso, o de frijol o de carne, un taco de frijoles en tortilla de harina o un taco de machaca, las tortillas de harina no podían faltar en ninguna casa y siempre eran hechas con las manos de la jefa del hogar, por cierto, cuando una Joven se quería casar o se la robaba el novio (así se decía) como obligación tenía que saber hacer tortillas de harina.

Recuerdo con mucho cariño las que hacia Toña de la Toba de Carrillo, me sentaba en su mesa, me regalaba una tortilla con frijoles y una taza de café, una extraordinaria mujer, llena de ternura, de bondad y de respeto por los demás, lo mismo pasaba en casi todas las casas de nuestros queridos Vecinos en Bahía Tortugas, Doña Crusita Peralta, Doña Carmen, Doña Isidora, Doña Chuy Cota, Doña Inés, las tortillas de maíz que tan sabrosas hacia Doña Manuelita.

Mi Familia en BT, mi tío Enrique Fischer y Veva y todos mis primos, siempre muy unidos, siempre solidarios.

Solo recuerdo a un niño que todo el tiempo tenía hambre sobre todo cuando le tocaba comer en mi casa, recuerdo que nuestras familias se reunían con cualquier pretexto para hacer la fiesta, organizaban comidas ya fuera por cumpleaños o simplemente para reunirse , Exiquio “chicote” Peralta, y Conchita, el Veracruz y Nena, Polo Aguilar y Angelina, Beto “el Boticario” y Doña Chuy, Roberto Carrillo y Toña, Chago Murillo y Juana Peralta, mi Padrino el Vicho Moreno y Lidia, “el zorrillo” Peralta, “el Anforita” y otros muchos más que quisiera poder mencionar, pero desafortunadamente en este momento se escapan de mi memoria, bueno pues este niño era muy tragón , muy bueno para comer y después de haberse puesto una buena hartada en mi casa dijo “ hasta que me llene con Martha” niño simpático , ocurrente, la sonrisa siempre dibujada en sus labios, de nombre Omar y hermano de Celso, Sandra y Doris, todos de apellido Peralta Leree a quienes recuerdo y quiero como si fueran mis propios hermanos .
Nunca pasamos hambre, en todas las tienditas cerca de nuestra casa, la de Gonzalo, la del Vicho, la de Pedrito Leree, siempre nos fiaban.
Nunca fui despreciado, nunca fui ignorado, siempre tuve el afecto de todos, recorría todos los barrios sin ningún problema, cualquier lugar era bueno para jugar beisbol y si ganábamos o perdíamos, siempre al final nos agarrábamos a pedradas.
Desarrollamos muchas habilidades, desde muy niños aprendimos a nadar, andar en bicicleta desde temprana edad, jugamos beisbol cuando estábamos en la primaria, recibimos y fuimos a Bahía Asunción, esto te lo platicare la próxima semana.


2 comentarios: